La técnica de la Familia Kinética Actual en la infancia. Consideraciones clínicas a través de un caso de maltrato infantil

Silvina Cohen Imach
Psicóloga
Especialista en Violencia Familiar
Universidad Nacional de Tucumán
San Miguel de Tucumán, Argentina

El presente trabajo se propone analizar los criterios de interpretación utilizados en la técnica proyectiva gráfica Famita Kinética Actual (FKA) y brindar, principalmente, un modelo de análisis (Cohen Imach, 2000) a través de un caso clínico. Este instrumento es uno de los más utilizados en la práctica de la Evaluación y Diagnóstico Psicológico con niños y adolescentes en nuestro país, y tiene como objetivo primordial obtener material sobre las relaciones vinculares reales y fantaseadas del sujeto con su grupo familiar, así como también proveer datos sobre la dinámica y estructura de su personalidad (Verthelyi, 1985).




Palabras clave: Familia Kinética, FKA, maltrato infantil, relaciones vinculares, personalidad niños, relaciones padres hijos






La técnica de la Familia Kinética

La técnica de la Familia Kinética es una prueba proyectiva gráfica que, junto al Dibujo de la Figura Humana (DFH), el test de la Casa, el árbol y la persona (HTP, por sus siglas en inglés), y Persona bajo la lluvia, constituye una de las más utilizadas dentro del campo de la evaluación psicológica con niños y adolescentes.

Tiene sus antecedentes en el test de la familia creado por Porot (1952) y está fundado en la técnica del dibujo libre. En 1961, Louis Corman (1961) publica en París, junto con sus colaboradores, el "Test del Dibujo de la Familia" con el objetivo de explorar la adaptación del niño al medio familiar, considerando al dibujo como un medio libre de expresión a través del cual el niño crea y expresa su visión del mundo que lo rodea, informándonos acerca de su personalidad.

Corman (1961) introdujo algunas modificaciones importantes a las instrucciones impartidas por Porot (1952), quien le dice al niño "dibuja tu familia", mientras que Corman (1961), en cambio, indica "dibuja una familia, una familia que tu imagines". Maurice Porot (1952) considera que decirle al niño que dibuje su familia, permite conocerla tal como él la representa, lo cual es más importante que saber cómo es en la realidad; mientras que Louis Corman (1961) considera que la proyección se da con mayor facilidad si la consigna es mas amplia ("dibuja una familia que tú imagines"), lo que permite, según este autor, que las tendencias inconscientes se expresen con mayor facilidad.

Posteriormente, en 1972, Burns y Kaufman publican Los Dibujos Kinéticos de la Familia cómo técnica psicodiagnóstica. Una de las diferencias con el clásico Test de la Familia es la inclusión del pedido de acción, de la kinesia, que permite apreciar con mayor claridad los conflictos del niño con su grupo familiar, fantasías de relación interpersonal y el afecto concomitante.

Finalmente, la técnica Familia Kinética, en sus dos versiones (Actual o Prospectiva), fue desarrollado por Renata Frank de Verthelyi en Interacción y Proyecto Familiar (Verthelyi, 1985); la autora retoma los aportes de Burns y Kaufman (1972) en cuanto a la inclusión de la kinesia en la consigna del Test de la Familia pero introduce una serie de modificaciones en relación a la consigna, los criterios de interpretación y campos de aplicación, administrándolo a niños, adolescentes y adultos. Esta última versión es la que se administra en la actualidad.

Su relevancia radica en que apunta, no sólo a detectar aspectos de la dinámica y estructura de la personalidad (mirada intrapsíquica) como todas las técnicas proyectivas gráficas, sino también, a brindar información valiosa acerca de la problemática del sujeto, desde una perspectiva más amplia que incluye su particular vivencia del grupo familiar (Verthelyi, 1985). Así, la técnica se propone como objetivos, en primer lugar, analizar las relaciones vinculares fantaseadas del sujeto con su grupo familiar y, en segundo término, ofrecer material significativo referido a características de personalidad (dinámica y estructura).

La técnica de la Familia Kinética Actual, tal como fue señalado, se enmarca dentro de las denominadas técnicas proyectivas y, dentro de ellas, corresponde a las expresivas (Fernández Ballesteros, 1990) o gráficas. Si bien no es el objetivo del trabajo abordar esta temática, es preciso definir el término técnicas proyectivas.

Las pruebas proyectivas constituyen un particular procedimiento de recolección de información dentro del proceso de evaluación psicológica a partir de un material ambiguo y poco estructurado con consignas precisas, aunque amplias y generales, que permiten al sujeto casi ilimitada una amplitud en su respuesta (Sendín, 2000).

Según Anzieu (1961), no se trata de hallar la respuesta correcta, se trata de ofrecer al sujeto la posibilidad de crear algo partiendo de elementos tan simples que no son más que un pretexto; lo producido sólo podría reflejar la imagen de la persona que la crea y permite leer, según reglas de desciframiento apropiadas al tipo de material y de actividad propuesta, ciertos rasgos de su carácter y ciertos sistemas de organización de su conducta y emociones.

Siguiendo con esta línea, Lindzey (1961) define a las técnicas proyectivas como "aquellos instrumentos considerados especialmente sensibles para revelar aspectos inconscientes del sujeto, los cuales permiten provocar una amplia variedad de respuestas subjetivas; son altamente multidimensionales y evocadores de datos inusualmente ricos con un mínimo de conocimiento por parte del sujeto del objetivo del test" (pág. 45). No obstante, también han demostrado brindar información sobre aspectos cognitivos que puedan servir para el diagnóstico y la evaluación del niño o el adolescente (Fernández Ballesteros, 1990).

Por lo general, el material estímulo es ambiguo, lo que permite la expresión del mundo interno del sujeto. Debido a esto, no hay respuestas correctas o incorrectas, y su interpretación responde a criterios de análisis determinados por clínicos e investigadores.

Bell (1971), por su parte, propone que el término proyección deriva de la raíz latina que significa hacia adelante, siendo ésta la acción implícita en la base de la técnica proyectiva: el sujeto expresa su mundo interno lanzándolo hacia fuera, externaliza contenidos inconscientes. Por lo tanto, la técnica proyectiva sería un catalizador a través del cual se pone de manifiesto el propio mundo interno.

Para graficar esta idea, Rappaport (1977) señala que la proyección es como una película; donde la hoja de papel sería la pantalla, el proyector son las técnicas proyectivas y lo proyectado (el film, la película) es representado por la personalidad del sujeto, así mismo, cada escena vista en la pantalla sería cada respuesta del sujeto.

Administración de la técnica

Dentro del proceso de evaluación psicológica a niños y adolescentes, la técnica Familia Kinética se administra, en general, luego de haber aplicado la de Dibujo Libre, el DFH y HTP o el dibujo de las dos personas, ya que, suele generar mayores niveles de ansiedad que las restantes.

Tiene diferentes modos de administración, según la edad y etapa evolutiva del paciente. Cuando se aplica a niños se utiliza la consigna de la versión FKA, a partir de los 5 años, aunque es posible realizarlo desde los 4 años, cuando el grafismo del sujeto es capaz de discriminar distintos personajes. Si bien es un instrumento diagnóstico que se utiliza también con adultos, en el presente trabajo sólo se hace referencia a su aplicación a población infantil y adolescente y a la versión de FKA.

En cuanto al material de prueba, la FKA requiere para su aplicación una hoja de papel A4, lápiz negro y goma de borrar (aunque no dispuesta en el escritorio, frente al niño, sino guardada para cuando el respondiente la solicite).

La consigna de FK tiene dos partes:

1. Parte gráfica

En la parte gráfica de la consigna se le dice al niño "dibuja a tu familia haciendo algo; la puedes hacer como quieras, pero recuerda que te pido que estén haciendo algo". En caso de ser necesario se le menciona que "no haga figuras esquemáticas, tipo fosforito".

A toda pregunta del niño sobre cómo hacer las figuras se le debe contestar "cómo quieras". Los interrogantes más comunes entre los niños se refieren a la forma de realizar la tarea -¿Los hago a todos juntos o cada por uno por separado?-); a la acción que pueden realizar -¿Los puedo hacer jugando todos en el parque?-; y a quiénes incluir en el gráfico -No sé si dibujarlo a mi papá, porque el ya no vive en mi casa-.

Cuando se observa dificultad en comprender la consigna, puede pedírsele primero que explique quiénes conforman su familia y luego alentarlo a dibijarla. La única pregunta que se responde afirmativamente es cuando el sujeto señala si él también debe incluirse. Una vez concluido el dibujo, si el psicólogo evaluador advierte que el sujeto no se ha dibujado, interroga si "¿están todos?", con el objeto de que el niño registre la omisión y la corrija. Si no lo registra de modo manifiesto, se le debe señalar "faltas tú".

2. Parte verbal

Una vez concluida la primera etapa se debe continuar con la parte verbal de la consigna. En ésta se solicita al niño/adolescente que "coloque ahora quién es cada figura (parentesco y nombre de pila) y qué están haciendo" (Verthelyi, 1985). Es importante que, una vez finalizada la ejecución, quede clara la identidad de cada personaje, en qué orden los graficó y qué está haciendo cada uno. Si se trata de niños menores de 6 años, por lo general, es el entrevistador quien coloca en la hoja estos datos. Muchas veces, además, solo se identifica a la figura con un número y en otra hoja el psicólogo registra los nombres y la acción que el sujeto le asigna, para no ensuciar el dibujo del niño.

Criterios de análisis e interpretación

Una vez administrada la prueba se siguen los criterios que Verthelyi (1985) propuso hace ya algunos años para la fase de interpretación revisados, a su vez, por el equipo de investigación de Contini (Contini, Figueroa, Cohen Imach & Alves, 1997; Contini, Figueroa, Mejail & Coronel, 1997) a partir de un estudio llevado a cabo con niños y adolescentes de Tucumán, Argentina.

La regla fundamental para interpretar las técnicas proyectivas, según Wolff (1962), es que cada elemento adquiere significación sólo en relación con el total. Con el objeto de realizar una correcta interpretación del material que ofrece la técnica, es imprescindible tener en cuenta que las diferentes variables evaluadas están fuertemente interrelacionadas entre sí, por lo que se hace necesaria la continua articulación de la información que se recoge, así como también la interpretación de cada indicador dentro del contexto de todos los demás. Esto permitirá, a través de la búsqueda de evidencias múltiples -es decir, de recurrencias y convergencias- proponer interpretaciones dinámicas ricas en contenidos y bien fundamentadas (Verthelyi, 1985).

A continuación se detallan brevemente los criterios de interpretación utilizados (véase Corman, 1967, Hammer, 2005, Verthelyi, 1985; Wolff, 1962):

1. Comportamiento del niño/adolescente durante la prueba

Se refiere a la actitud que el niño asume al enfrentar la tarea. Aquí se registra el comportamiento del niño, verbal y no verbal, durante la realización de la prueba. Para ello, se tiene en cuenta lo que dice el paciente acerca de su propio dibujo, de los personajes, al igual que sus gestos y cambios de comportamiento. La forma de realizar la tarea puede ser: impulsiva, con calma y tranquilidad, en silencio o locuazmente, confiada o controlada, lo que hace el psicólogo; de manera descuidada o con ansiedad; con evidente fastidio o con gusto por la tarea.

También interesa registrar el tipo de vínculo que establece el sujeto con el psicólogo (autonomía o dependencia, rechazo o cordialidad). Este análisis permitirá elaborar hipótesis respecto a características del comportamiento esperable por parte del sujeto en otras situaciones que promuevan una ansiedad similar, tal como la situación del examen, y cuáles son los recursos yoicos con los que cuenta para afrontarlas.


Tabla No 1 - Comportamiento durante la prueba



2. Características formales del grafismo

Se toman en cuenta las características formales del gráfico como totalidad. Dichas características fueron extensamente definidas y trabajadas por autores como Hammer (2005) y Wolff (1962), junto a la conducta durante la prueba como componentes estructurales o expresivos del grafismo del niño. Se llaman así, puesto que se exploran las características estructurales del movimiento de un sujeto (el cómo del dibujo) que expresan aspectos de su personalidad y rasgos culturales. Las categorías son analizadas siguiendo las pautas de interpretación brindadas por Hammer para todas las otras técnicas gráficas (véase Hammer, 2005).

Con el objeto de efectuar hipótesis sólidas con respecto a las características de personalidad del sujeto, es importante la búsqueda de recurrencias y convergencias intratest. Estos aspectos han sido desarrollados por Coronel (2002), específicamente a partir de la prueba que nos ocupa, por lo que, a continuación, sólo nombraremos las pautas de interpretación:

- Secuencia del grafismo -incluye a figuras humanas, objetos y detalles-
- Tamaño general del gráfico
- Presión
- Emplazamiento en la hoja
- Detalles
- Borraduras


3. Primera figura dibujada. Secuencia General. Adiciones y Omisiones

A partir de la experiencia clínica, se advierte que la inclusión de la kinesia en la consigna de esta técnica rompe con el estereotipo de dibujar al grupo familiar (todos en fila y de mayor a menor) como en un retrato, haciendo más significativo el orden de graficación de los distintos personajes incluidos en el dibujo.

Esta complejización de la consigna requiere mayor planificación, ya que, el niño/adolescente debe decidir a quiénes dibujar, cómo y haciendo qué, lo que da lugar a una mayor saturación en la proyección.

Dentro de esta secuencia, se pondrá especial atención en la primera figura graficada, ya que es considerada la persona más significativa para el niño/adolescente, ya sea porque es con quien mantiene el vínculo más cercano o porque es una figura que rechaza y, por lo tanto, necesita desembarazarse de ella (Verthelyi, 1985).

Para poder determinar el tipo de vínculo que el niño mantiene con esta figura, inferir el lugar que ocupa en el mundo interno del sujeto, es preciso articular este indicador (primera figura dibujada) con otros, tales como la acción que desarrolla y el rol que se infiere de ella, el grado de completitud y complejidad de la figura, el trazo empleado, su tamaño relativo, el lugar que ocupa en la hoja, los detalles incluidos, el tiempo dedicado, las borraduras, entre otros aspectos que permiten un acercamiento acertado al contenido de la figura.

Interesa, también, si el orden de graficación es el mismo que la secuencia que queda plasmada al final de dibujo. En la mayoría de los casos, a secuencia gráfica y visual coinciden; pero resulta que, en ocasiones, el niño grafica puede graficar, en primer lugar al padre, en segundo término a la madre y, finalmente, se plasma a sí mismo entre ellos dos, por lo que, si bien es realizado al final, el dibujo revela la fantasía de estar entre ambos padres.

En el análisis de la secuencia de graficación es importante, asimismo, tener en cuenta el ritmo de trabajo, es decir, el tiempo que el niño le dedica a cada figura (tiempo relativo). Mientras el tiempo total de ejecución de la técnica revela características generales de personalidad (impulsividad, control obsesivo), el tiempo relativo está relacionado a la fantasía de vínculos del niño respecto del personaje dibujado.

A través de las adiciones y omisiones, se intenta detectar a quiénes considera el niño como pertenecientes a su grupo familiar, si tiene claridad o no con respecto a su composición y límites, qué figuras aparecen como conflictivas, en tanto no las puede graficar, y qué personajes necesita adicionar para expresar fantasías de vínculo (Verthelyi, 1985). Se considera adición la inclusión de figuras familiares o extrafamiliares que no forman el grupo familiar nuclear del propio sujeto (tales como tíos, primos, abuelos, maestra) y omisión al hecho de no graficar figuras del grupo familiar primario.

Cuando las adiciones son múltiples se percibe, en general, gran confusión respecto de la identidad del grupo familiar. Esta inclusión compensatoria puede verse muchas veces en niños con familias a punto de separarse, con duelos recientes o en el caso de hijos adoptivos. Sin embargo, al momento de interpretar las adiciones se debe tener en cuenta el contexto sociocultural de donde proviene el niño, ya que, investigaciones realizadas por Contini, Figueroa, Lascano y Cohen Imach (1997) señalan que en los niños de la montaña de Tucumán la inclusión de figuras, como tíos y abuelos, no se considera adición cuando conviven bajo el mismo techo con el niño.

La omisión del propio sujeto es siempre indicador de un conflicto. La racionalización con que se justifica el no hacerlo puede dar indicios de cuál sería el sentimiento predominante: la no pertenencia al grupo familiar, la inadecuación; se debe discriminar si esta actitud sólo se da frente a este material en tanto promueve una situación de conflicto ligada al grupo familiar o si es una conducta que aparece a lo largo de la evaluación, independientemente de la prueba aplicada, y por lo tanto describe un rasgo más central de la personalidad del sujeto examinado.

4. Características individuales de las figuras

Se consideran todos los indicadores denominados de contenido, propuestos por diferentes autores que investigaron sobre la figura humana tales como Hammer, (1982) y Koppitz (1984), priorizando el análisis comparativo entre las figuras para detectar similitudes y diferencias en su tratamiento.


Según Verthelyi (1985), se debe registrar si el niño es capaz de diferenciar los personajes según sexo, edad y rol o, por lo contrario, si las figuras son tan similares unas con otras que podrían ser intercambiables entre sí. Es a través de las diferencias que el niño puede trasmitir afectos, conflictos y fantasías de vínculos particulares.

- Tamaño relativo. Es la capacidad del niño de discriminar adultos de niños, y niños entre sí. Se registra como tamaño adecuado, medio o inadecuado. Tanto el tamaño relativo como el área asignada al personaje informan sobre el tipo de vínculo que el niño tiene con esa figura. Si bien no es esperable que aparezca en niños pequeños, el tamaño relativo es una cualidad a la que tanto niños como adolescentes están atentos. En la pubertad, por su parte, se advierte una tendencia a agrandar su propia imagen, en detrimento de la de los hermanos.

- Postura. Es importante registrar la posición en la que está cada figura dibujada. Si se encuentra de frente, de perfil puede expresar un deseo de acercamiento o, por lo contrario, de evitación; de espaldas, apuntaría a una fantasía de oposicionismo o a un sentimiento de exclusión del núcleo familiar.

- Kinesia. Es la capacidad del niño de imprimirle un movimiento a las figuras. Llama la atención que cuando esto no es logrado puede estar incidiendo la capacidad para el dibujo, la etapa evolutiva y el nivel intelectual del niño. Otras veces, sobre todo en niños muy pequeños, la tendencia a exacerbar el movimiento expresa una actitud compensatoria frente a una inmovilidad física temida o sufrida. Este mismo indicador en adolescentes remite más bien a comportamientos impulsivos y violencia física.

- Diferenciación sexual. Alude a la posibilidad del niño de discriminar varones de mujeres, que puede ser representada de un modo adecuado (cuando al menos se visualizan dos elementos que diferencia el sexo, por ejemplo que las mujeres sean graficados con el cabello largo y faldas o vestidos; se registra como una diferenciación media cuando solo se observa un elemento que diferencia figuras de ambos sexos; e inadecuado, cuando no hay indicadores que permitan realizar esta diferencia. Esta variable permite inferir si el niño o el adolescente es capaz de discriminar en la realidad ambos géneros, sin que aluda a una identificación sexual.

Asimismo, y tomando los aportes realizados por Elizabeth Koppitz (1984), para el DFH, es importante registrar otras características de contenido en cada personaje graficado que pueden aportan elementos adicionales al análisis diferencial, tales como la integración de las partes de la figura; el sombreado - de cara, cuerpo, piernas, brazos manos, cuello-, la simetría de las extremidades, las proporciones, la inclinación de la figura, las figuras pequeñas, las figuras grandes, las transparencias, los ojos bizcos, la presencia de dientes, la posición de los miembros superiores e inferiores, el dibujo de genitales, la presencia de figuras monstruosas o grotescas, presencia de nubes/lluvia/nieve, la omisión de alguna parte del cuerpo -ojos, nariz, boca, cuerpo, brazos, piernas, pies, cuello-, entre otras. Estos indicadores fueron estudiados por Koppitz como signos de perturbación emocional (véase Koppitz, 1984).


5. Acciones asignadas y roles inferidos

Esta variable es considerada una de las más importantes entre de los criterios de interpretación y se refiere al análisis de las actividades que desarrolla cada miembro de la familia (padre, madre, hermanos, sujeto) en el gráfico. A través de las acciones graficadas es como se expresan, de forma más clara, los modos de interacción con cada uno y, a partir de ellas, se puede inferir fantasías de vínculo (agresividad, dependencia, idealización, rechazo, temor, ambivalencia), y el rol o la función que ocupa cada personaje. Igualmente, permite detectar la dinámica familiar y la ubicación del niño frente a ésta (Ampudia Rueda & Santaella Hidalgo, 2009).

- Es importante destacar, en primer lugar, si hay presencia o no de kinesia en las figuras. Cuando la ausencia de acción es muy marcada, tanto a nivel gráfico como verbal, será necesario articular con otros indicadores del análisis intratest. Este análisis permitirá efectuar diferentes hipótesis según sea el caso:

a. Si se trata de falta de comprensión de la consigna, producto de un déficit madurativo.

b. Si se debe a una falta de comprensión de la consignas por factores emocionales vinculados a la problemática familiar o

c. Si responde a un negativismo acentuado, ligado a la pasividad, apatía o depresión del sujeto.

- En segundo lugar, se tendrá en cuenta si las actividades realizadas son las esperables socialmente, según la edad y la función de los personajes. Sin embargo, el contexto sociocultural en el cual se desarrolla el sujeto incide notablemente en la elección de las actividades a incluir. En investigaciones realizadas por Contini se advierte que mientras los niños urbanos de nivel socioeconómico bajo dibujan, generalmente, a las figuras maternas en tareas del hogar, las figuras paternas en tareas laborales y los hijos, de acuerdo a la edad, en actividades vinculadas al estudio, la recreación o el descanso; los niños de contextos rurales tienden a graficar a todos los miembros de la familia en tareas domésticas (Contini, Figueroa, Cohen Imach & Alves, 1997), entre las que citamos como ejemplo "padre trayendo leña para hacer fuego"; y las figuras infantiles "cuidando las ovejas".

- En tercer lugar, se analiza si las acciones de los personajes son individuales o compartidas o en subagrupamientos.

a. Acciones individuales: se registran cuando cada personaje está haciendo algo diferente. En estos casos, es importante tener en cuenta si estas actividades están señalando aislamiento y soledad entre sí ("mi hermano está estudiando en su cuarto, mi mamá está en gimnasia, mi papá está saliendo para el trabajo y yo estoy en la computadora"), ya que las actividades acentúan la falta de comunicación; o, por lo contrario, son de cooperación y complementariedad ("mi mamá está cocinando, mi hermano está poniendo la mesa, el sujeto está trayendo los platos y el papá está ya sentado en la mesa"), que estarían expresando diferenciación de roles y funciones dentro de la familia sin implicar incomunicación entre sus miembros.

b. Acciones conjuntas: es cuando todos realizan la misma actividad, por ejemplo, "todos en el cumpleaños de mi papá". Se deberá analizar si este modo de graficación no expresa más bien una negación del conflicto familiar o de sentimientos hostiles y de abandono del sujeto.

c. Acciones en subagrupamientos: es importante analizar si todos los miembros están incorporados en interacciones parciales o si hay alguna figura aislada del resto. También es preciso visualizar quienes conforman cada subgrupo y qué actividad realizan. En cada caso, se debe tener en cuenta el grado de cooperación, dependencia, competencia, control y sostén emocional proyectado.


6. Configuración espacial y ámbitos. Objetos y escenarios

La inclusión de la acción produce en el niño la graficación de un espacio donde realiza esa acción. En ese espacio, se pueden diferenciar la configuración espacial, los ámbitos, el escenario y los objetos incluidos en el mismo.

- Configuración espacia está relacionada con el manejo expansivo o restrictivo que el sujeto hace del espacio. La configuración pueden ser expansiva, dispersa o restrictiva, compacta, compartimentalizada; con una distribución armónica o confusa de los personajes, con un predominio horizontal, vertical o circular. La compartamentalización podría estar evidenciando sentimientos de aislamiento, así como se percibe necesidad de evitar el contacto cuando la hoja es dividida antes de comenzar a graficar.

- El ámbito es el espacio individual o compartido donde cada figura realiza su acción. Según como se presente, puede favorecer o restringir la comunicación.

- El escenario surge cuando la ambientación de los personajes aparece en forma explícita. Se considera escenario al conjunto formado por un número importante de elementos complementarios y suplementarios. Los escenarios pueden ser múltiples o uno solo, compartido por todos. Puede ser rico o pobre en detalles, coherente o bizarro, acogedor o inhóspito. El modo en que se grafica el escenario denota características de personalidad del niño; así, un excesivo énfasis en el escenario da cuenta de una necesidad de compensar, por medio de objetos externos, una falta de identidad. Por el contrario, la ausencia absoluta de elementos en el escenario puede indicar pobreza expresiva, por excesiva represión o por bajo nivel intelectual.

- Los objetos; a diferencia de la técnica de la Familia no kinética, en FK es común que aparezcan al menos los objetos específicos a que se refiere la acción, ya que, la mayoría de las acciones, requieren al menos de un objeto a través del cual realizarse, además, porque resulta más accesible indicar la acción por medio de los objetos que por medio del movimiento. Por ello, la ausencia de objetos es interpretada como un empobrecimiento del dibujo. Estos tienen el valor del contenido de realidad en las técnicas verbales (CAT-A), y sirven para expresar fantasías de vínculos y afectos. En ellos es preciso analizar:

a. El grado de relación que tienen con la acción que el personaje realiza, pueden ser específicos, complementarios o suplementarios para la acción. Cuanto menos específico es el objeto más proyectivo resulta, ya que es incluido para depositar en él características del mundo interno del sujeto.

b. A partir de las características intrínsecas de los objetos, esto es, la forma, el tamaño y la ubicación de los elementos graficados. Se pueden hacer inferencias sobre aspectos subjetivos depositados en estos objetos; así, un cuchillo afilado en manos de la figura paterna estará mostrando características de agresividad en esta figura.


Viñeta clínica

A continuación, se analiza, a partir de los criterios de interpretación propuestos en este trabajo, el protocolo de un niño a quien se le administró la técnica de Familia Kinética dentro del contexto de un proceso de evaluación psicológica

Manuel, un niño maltratado

Datos de filiación

Nombre: Manuel
Edad: 10 años, 10 meses.
Escolaridad: 4º grado. Repite este grado.
Escuela: Pública, de varones.
Domicilio: San Miguel de Tucumán. Zona urbana.
NE-S: Medio - bajo

Grupo familiar

Padre: Rubén. Comerciante. 46 años.
Madre: María Julia. Ama de casa. 29 años.
Hermanos: Luis, 9 años. Natalí, 4 años.
Los padres de Manuel se encuentran en proceso de Divorcio.

Motivo de consulta

El niño es remitido por la Defensora Oficial de Menores e Incapaces con el objetivo de realizar una evaluación psicológica para determinar el régimen de visitas con el padre. Quien solicita la consulta es la madre del niño.

Antecedentes del niño

Según lo relatado por la madre durante la entrevista inicial, Manuel ha sido ignorado y humillado por su padre desde su nacimiento, dado que considera que no es hijo propio sino fruto de una relación de su madre con otro hombre (infidelidad). Este vínculo, contrasta con el que mantiene el padre con su hermano Luis, ya que, por su parecido físico, es el "preferido". Por su parte, Manuel ha presenciado escenas de violencia física entre sus padres, frente a lo cual reacciona escondiéndose en su cuarto.
El niño es definido por su madre como tímido, callado, reservado, no expresa lo que siente aunque, últimamente, se muestra más agresivo con sus compañeros. Evidencia bajo rendimiento escolar, por lo que el último año se "ha quedado" de grado, siendo este año compañero de su hermano en la escuela.

Conducta del niño durante la prueba

Una vez dada la consigna, el niño mostró cierta resistencia para dibujar a "su familia", diciendo que a él no le gusta dibujar, argumentando que "son cosas de mujeres y que los varones juegan a la pelota". Pero luego comienza a dibujar. La primera figura dibujada es la de su madre, a quien le dedica mucho tiempo, y luego la enmarca en un rectángulo grande ("la cocina"). Después dibuja a su hermana, Natalí, luego de lo cual se queda en silencio y oculta su grafismo con el brazo, como evitando que sea observado. En algunas ocasiones mira al psicólogo, como controlando lo que hace, pero no expresa nada. Una vez terminado el dibujo, se le pregunta si ya terminó, y se le pide que cuente a quiénes dibujó. Comienza a nombrar a cada uno y al final se da cuenta que falta su padre: "¿lo puedo hacer cortando un árbol?", pregunta, a lo que se le responde "como quieras".

Orden de la gráfica

Finalmente, se analiza el orden en que el niño graficó los personajes y las acciones asignadas a cada figura; los resultados fueron los siguientes:

1. Mi mamá, está lavando los platos.
2. Mi hermanita Natalí, está jugando con las muñecas.
3. Mi hermano Luis, está por patear al arco. Está jugando conmigo.
4. Yo, estoy quedando.
5. Mi papá, está cortando un árbol.


Interpretación

Conducta del niño durante la prueba

Con respecto a la tarea, se puede observar resistencia hacia la actividad gráfica en general, que deja entrever la presencia de un prejuicio que da cuenta de sus aprendizajes de los roles sociales y de género, es decir, que hay actividades propiamente masculinas y otras femeninas. Sin embargo, una vez hablado aquello que hace obstáculo, el niño es capaz de graficar sin grandes dificultades. En relación al psicólogo, muestra actitud de reserva, inseguridad, ocultamiento de lo producido, lo que sugiere autodesvalorización.

Características formales del grafismo

Teniendo en cuenta el ritmo de trabajo y la secuencia empleada por Manuel, se observa que es a la figura materna a quien dedicó mayor tiempo, mayor espacio, la de mayor tamaño y e incluida en primer lugar. Estos indicadores permiten hipotetizar que el niño mantiene vínculos afectivos positivos con esta figura, en contraste con la figura paterna, a quien incluye luego de haber concluido su dibujo, le dedica poco tiempo y lo hace en un plano superior, fuera del marco que incluye al resto de la familia.

En cuanto al tamaño, si bien utiliza casi toda la hoja (tamaño adecuado), se observa un claro contraste entre las figuras adultas, a quienes hace de un tamaño adecuado, y las figuras infantiles, a quienes las hace muy pequeñas (micrografismo). Las figuras pequeñas son un indicador frecuente entre los niños expuestos a situaciones de violencia, debido a una inhibición de sus reacciones. Denotan una autoimagen devaluada con sentimientos de inferioridad, retraimiento, inseguridad y presiones propias del medio (Ampudia Rueda & Santaella Hidalgo, 2009).

La presión utilizada, en general, por Manuel es adecuada, aunque aparece debilitada en la copa del árbol que está cortando el padre, mientras que la sierra con la que realiza la acción evidencia fuerte presión.

En cuanto al emplazamiento, se observa que el dibujo está centrado tanto en relación al eje horizontal (derecha-izquierda) como al eje vertical que, ligado al micrografismo de la propia figura, es frecuente entre los niños maltratados, y sugiere indicios de una vivencia de prohibición de la expansión vital sobre el medio ambiente.

Por su parte, el niño ha sido capaz de graficar un escenario (interior/exterior), con objetos específicos a la acción que detalla. Sin embargo, debido a la ausencia de objetos complementarios y suplementarios, el protocolo trasmite pobreza expresiva, que remite a una sensación de vacío, propio de los niños que utilizan el aislamiento emocional como defensa. Esta escasez de detalles resulta esperable en gráficos de niños que han sido poco estimulados por su ambiente familiar, escolar y social.

Analizando las recurrencias y convergencias de los indicadores nombrados, es posible afirmar que predomina en el niño una autoimagen devaluada, baja autoestima, ligada a sentimientos de inseguridad, retraimiento, sensación de vacío y aislamiento emocional. Visualiza a las figuras adultas como distantes, en términos afectivos, de las figuras infantiles.

Primera figura dibujada. Secuencia general. Adiciones y omisiones

La primera figura dibujada es la madre, por esto, se infiere que es con quien mantiene el vínculo más intenso. Analizando otros indicadores (completud de la figura, tiempo de dedicación, espacio donde la ubica, posición y acción asignada), es posible afirmar que el niño visualiza un vínculo afectivo positivo con esta figura.

Su hermana Natalí es la más cercana a la madre, tanto en orden de graficación como espacialmente, mientras que su hermano Luis se encuentra más próximo al sujeto, de donde se infiere un vínculo afectivo más próximo.

La figura paterna es la última en ser dibujada, luego de haber finalizado el gráfico; está fuera de la casa y con un perfil de evitación en relación al niño, de donde se infiere que la figura paterna resulta temida por el niño y, por eso, prefiere evitarle.

Su grafismo concuerda con la familia real, por lo que no se registran adiciones ni omisiones. De allí, se infiere que el niño ha comprendido correctamente la consigna y posee claridad con respecto a quiénes son los miembros de su familia. Sin embargo, se registra resistencia a incluir la figura del padre, ya que lo hace una vez finalizado el gráfico ("omisión corregida"), y lo hace fuera de la casa, en una acción de características agresivas. De estos indicadores se infiere que el niño visualiza a la figura paterna como hostil, por lo que hace un intento de excluir al padre de su grupo familiar más íntimo.

Características individuales de las figuras

En cuanto al tamaño relativo, se observa que las figuras materna y paterna son de un tamaño adecuado, mientras que las figuras infantiles son pequeñas, tal como se espera para su edad. Sin embargo, la figura del sujeto es más pequeña con respecto a la de su hermano Luis (menor que él); indicador que, articulado con lo analizado en los apartados "Características formales del grafismo" y en "Primera figura dibujada", apoya la hipótesis de inseguridad y sentimientos de inferioridad, a pesar de ser un vínculo de acercamiento con esta figura.

En relación con la postura, sólo la figura de su hermana está de frente, manifestando una identidad más clara, mientras que todos los restantes se encuentran dibujados de perfil. Cabe destacar que mientras la figura del sujeto y la de su hermano están de perfil de contacto, de donde se infiere un vínculo afectivo positivo, siendo él el más cercano al niño dentro su grupo familiar; la figura del padre presenta un perfil denominado "de evitación", por lo que da la espalda a toda la familia, evidenciando la dificultad de comunicación con esta figura. También se rescata como positivo que la madre se encuentra de perfil que facilita la comunicación y dentro del hogar en una tarea que tiene que ver con la vida familiar, a pesar de que la figura del sujeto se encuentra en un perfil que le dificulta la comunicación.

En cuanto a la kinesia, se observa que el niño es capaz de dibujar las figuras con movimiento, aunque este no sea el esperado para su momento evolutivo, lo que lleva a inferir bajo nivel madurativo. Si bien el niño logra dibujar extensión de brazos y piernas, en señal de movimiento, se espera que pueda graficar la articulación de las piernas, las rodillas. Adicionalmente, se evidencia la ausencia de cuello en todas las figuras que, según Koppitz (1984), revelaría características de inmadurez, impulsividad y pobre control interno.

Teniendo en cuenta el ítem diferenciación sexual, se advierte que el niño es medianamente capaz de discriminar varones de mujeres (un solo rasgo diferencia a ambos grupos), siendo la imagen masculina la que predomina. Se observa, sin embargo, a nivel verbal que el niño expresa claramente los estereotipos de género, que además coinciden con las acciones graficadas (los hermanos varones jugando a la pelota, mientras la niña juega a las muñecas y su madre lava los platos), por lo que es evidente su capacidad de diferenciación sexual.

En cuanto a la completitud de las figuras, se observa un tratamiento diferente entre las figuras de la hermana, la madre y el padre, con respecto a la del hermano Luis y la suya propia. En estas últimas se observa omisión de brazos, lo cual revela sentimientos de inadecuación, bajo autoconcepto e inseguridad (Koppitz, 1984; Ampudia Rueda & Santaella Hidalgo, 2009). La omisión de boca en la figura de la madre y la suya indica sentimientos de angustia, inseguridad y retraimiento, al modo de una resistencia pasiva (Koppitz, 1984). Estos indicadores muestran también la imposibilidad del niño de expresar sus sentimientos y comunicarse con los otros.

Se destaca el personaje de la hermana, por su posición central dentro del gráfico y su grado de completud, aunque muy pequeña. Es la única de frente, rica en detalles, en el centro de la hoja y más cercana a la madre, tanto en la secuencia gráfica como en el espacio del papel. De estos indicadores se advierte un sentimiento de idealización del lugar que ocupa esta figura.

Analizando en forma articulada las características individuales de las figuras, resalta la jerarquización de su madre (dibujada en primer lugar, a quien más tiempo le dedica, es de mayor tamaño, revela completitud en cuanto a las partes del cuerpo, es la más rica en detalles, la acción que realiza y su posición privilegiada para observar a toda la familia); esta figura contrasta con la de su padre, a quien lo grafica fuera de la casa, en último lugar, y dando la espalda al grupo familiar. De estos indicadores se advierte que el sujeto evidencia inseguridad, retraimiento, sentimientos de inferioridad, pobre autoconcepto y escasa capacidad de expresar sus sentimientos.

Acciones asignadas y roles inferidos

Manuel asigna a los personajes graficados acciones esperadas socialmente: la madre en una tarea del hogar, el padre fuera del mismo en una tarea laboral, y las figuras infantiles, él y sus hermanos, en actividades de recreación. El niño discrimina actividades típicas masculinas de aquellas femeninas, de donde se infiere que posee una clara socialización de género.

La figura materna cumple un rol de cuidado, control y atención de lo doméstico. Con la figura paterna se establece un vínculo de rechazo por su agresividad; eu acción de "cortar el árbol" (unido a los otros indicadores mencionados tales como resistencia a dibujarlo, ponerlo fuera de la casa, hacerlo en perfil de evitación), revela que la figura paterna aparece como hostil y agresiva. Articulando esto con la debilidad de la presión en la copa del árbol, que está representando al niño, es posible pensar que el padre limite las posibilidades de crecer del niño de un modo poco saludable, por lo que resulta amenazante.

La acción asignada al personaje del hermano y al suyo propio, referida a lo lúdico-competitivo, refleja un vínculo afectivo positivo. Se destaca que el hecho de "jugar" con otro le reduciría, desde la clínica, la severidad de su conflicto.

En general, las acciones asignadas son individuales y realizadas en ámbitos diferentes, pero no resultan incompatibles sino las esperadas socialmente. Sólo el sujeto y su hermano comparten una misma actividad, por lo que se revela una relación más próxima con esta figura.

A partir de estos datos, se infiere que Manuel utiliza el aislamiento emocional y la pasividad como un intento de resguardarse del mundo externo, el cual es vivenciado como amenazante. Ubica a la madre en un rol de cuidado del grupo familiar y de preocupación por el orden (acción asignada y posición y ubicación dentro del gráfico), mientras que el rol paterno es definido, tanto por su ubicación, posición y acción, como una figura hostil y agresiva. Los hermanos son vivenciados de un modo positivo, siendo el vínculo con su hermano el permite al niño encontrar un vínculo saludable.

Configuración espacial y ámbitos. Objetos y escenarios

Si realizamos una mirada gestáltica, se registra que todos comparten un mismo escenario (la casa), pero cada uno está en un ámbito diferente y separado uno de otro. El padre, además, es graficado en un escenario distinto, fuera de la casa, no compartido por ningún miembro de la familia, en un intento de defenderse y alejar lo amenazante de esa figura. Sólo comparten el ámbito la figura del sujeto y la de su hermano.

La configuración espacial es compartimentalizada, encontrándose la figura del sujeto "aislada" dentro del arco de fútbol, haciéndose evidente la necesidad de tomar distancia de los otros, de donde se advierte que Manuel utiliza, tal como señalamos en el ítem Acciones asignadas, el aislamiento emocional como defensa, siendo el "encapsulamiento" un indicador de su necesidad de proteger su espacio vital (Ampudia Rueda & Santaella Hidalgo, 2009).

En cuanto a los objetos incluidos en el gráfico se observa que son escasos, siendo éstos los esenciales o específicos para la acción. Dentro de ellos, el objeto que más llama la atención, por lo distante que está en relación con la acción que realiza el personaje, es la cama que el niño grafica cuando dibuja a su hermana. Si bien no fue suficientemente indagado, se podría pensar que este objeto fue introducido para contextuar el ámbito donde la niña realiza la acción.

En general, el dibujo de Manuel trasmite una sensación de vacío y de pobreza expresiva. Habría que confirmar si esta inhibición se debe a procesos cognitivos y madurativos o al conflicto emocional que atraviesa. Se considera que en este caso el peso del conflicto estaría afectando el desarrollo de las habilidades cognitivas y madurativas (Ampudia Rueda & Santaella Hidalgo, 2009; Cohen Imach, 2010).

Síntesis diagnóstica

Un último paso en la interpretación de la técnica del Dibujo de la Familia Kinética es la construcción de una síntesis diagnóstica del caso analizado, que constituye una hipótesis elaborada a partir de la búsqueda de las recurrencias y convergencias intratest e intertest. Esta hipótesis debe apuntar, principalmente, a dar cuenta acerca de la modalidad de los vínculos que el niño mantiene con los miembros de su grupo familiar, su lugar percibido dentro de la estructura, así como también, las características su personalidad.

En relación a los aspectos emocionales de su personalidad, se puede señalar que el niño evidencia sentimientos de inseguridad y de inferioridad, baja autoestima y retraimiento. Manifiesta también pasividad, por momentos agresividad contenida, y sentimientos de culpa por dicha hostilidad. Utiliza como principales mecanismos de defensa la evitación y el aislamiento emocional.

Su angustia proviene, de acuerdo con la técnica empleada, de visualizar al mundo externo como peligroso: el padre amenazante, que coarta sus posibilidades de crecer saludablemente y la madre que, si bien cuida del grupo familiar, no llega a brindar la confianza suficiente al niño.

En cuanto a los vínculos con los miembros de su grupo familiar, visualiza a la figura materna como la figura más importante de su trama vincular, que se encarga del cuidado del hogar, aunque no promueve un apego seguro; mientras que, la figura paterna es percibida como agresiva y, en como tal, amenazante y temible. Como consecuencia de esto, se observa que el niño no puede construir una imagen segura de sí mismo, ni confía en las relaciones con los otros, debido al fracaso en la función de las figuras de apego (López Sánchez, 1998).

Entre los lazos fraternos se destaca el vínculo positivo que mantiene con su hermano, principal vínculo entre el sujeto y los otros, que le permite salir del aislamiento emocional a pesar de la rivalidad expresada en la competencia. Sin embargo, falta indagar a profundidad por el vínculo con su hermana.

Por último, a partir de los indicadores de madurativos e intelectivos de la producción gráfica es preciso señalar que, a pesar de que la técnica no tiene por objetivo principal evaluar esta área, Manuel presenta un nivel cognitivo y madurativo pobre e inhibido.

Conclusiones

A partir de este trabajo ha sido posible mostrar el análisis y la interpretación de un protocolo de la técnica del Dibujo de la Familia Kinética realizado por un niño desde un enfoque clínico. Para ello, se articularon los aportes realizados por autores como Hammer (2005), Wolff (1962), Corman (1967), Verthelyi (1985) y Koppitz (1984), de amplio reconocimiento dentro de las técnicas proyectivas gráficas, con los avances planteados por el equipo de investigación de Contini de González (Contini & otros, 1997; Contini & otros, 1997).

El caso muestra, a partir de su práctica, que la técnica constituye un importante recurso para indagar acerca de los vínculos que mantiene el niño con su grupo familiar, así como también, lo concerniente acerca de las características de la personalidad del paciente.

Además, resulta particularmente útil en los casos de niños maltratados, ya que propicia, a partir de la complejización de la consigna, detectar las figuras que brindan la confianza básica, las que contienen al niño, al igual que aquellas que se presentan como hostiles. El sujeto, a través de múltiples indicadores, muestra una realidad no dicha con palabras. Aísla, encierra, separa a los integrantes de la familia que le resultan amenazantes y acerca, aumenta el tamaño u otorga detalles a quienes percibe como afectuosos y continentes.




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hhttp://psicologiacientifica.com/bv/psicologia-492-1-la-tecnica-de-la-familia-kinetica-actual-en-la-infancia-consideraciones-clinicas-a-traves-de-un-caso-de-maltrato-infantil.html

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