Fotolenguaje

A mediados de la década del sesenta comenzó la divulgación de la técnica del fotolenguaje para su utilización en actividades pastorales. Pierre Babin, uno de sus precursores, explicaba en aquel entonces que se trataba de poner un recurso “profano”, utilizado por otras disciplinas, al servicio de la evangelización. Ocurrió lo que era de esperar frente a una propuesta inteligente: se publicó material apropiado, se difundió su práctica en la animación de grupos y llegó un momento en que no había catequista o animador de grupo apostólico que no la utilizara. Sin embargo, con el paso del tiempo y con la irrupción de otros medios de comunicación, fue quedando en desuso. Pero que no se utilice como antes no quiere decir que haya perdido su vigencia y mucho menos su eficacia.

La técnica de fotolenguaje es un recurso que ofrece una enorme cantidad de posibilidades de utilización. Como ejercicio de comunicación es sumamente recomendable dado que es altamente motivador y su puesta en práctica muy sencilla. La facilidad con que se puede disponer de lo necesario para utilizar el fotolenguaje hace que no se requieran recursos extraordinarios y ni siquiera difíciles de conseguir. En este artículo pretendo darle al lector las nociones básicas (para muchos será recordarlas) y hacer un llamado a recuperar al fotolenguaje como instrumento de animación grupal porque todavía es mucho lo que tiene para dar. Este tipo de medios pedagógicos y de comunicación no pueden “aparecer y desaparecer” al ritmo de una moda; la “moda” en la pastoral no debería existir. Elementos básicos para la utilización del fotolenguaje o El animador tiene que disponer de un equipo de treinta o cuarenta fotografías o dibujos con las características que especificaré más adelante (la cantidad depende de los integrantes del grupo; siempre se calculan de diez a veinte imágenes más que el número de participantes). o Sentados a la mesa o de frente a un pizarrón, el grupo permanece atento a la explicación inicial del animador que dará las pautas de trabajo. Las fotografías estarán expuestas sobre la mesa o en paneles sobre el pizarrón. o Los participantes tienen un tiempo de silencio para observar las fotografías de manera que puedan elegir una, dos o tres (según las indicaciones). o Una vez que han hecho la recorrida de observación, vuelven a sus lugares SIN tomar la fotografía para sí, dado que puede haber otro participante que elija la misma. Simplemente recuerda su ubicación. • Por turno, responden a la consigna formulada por el animador. Cada uno utiliza la fotografía elegida como medio de expresión para simbolizar su respuesta. Preparación del equipo de fotografías o dibujos • Antes de indicar la forma de preparación, debo decir que en algunas librerías especializadas y casas de material didáctico existen equipos de fotolenguaje preparados para el docente, animador de grupos o dirigente. No son muchas las posibilidades porque no es un material comercial, pero algo hay. • Para preparar "caseramente" un fotolenguaje debemos tener en cuenta algunos detalles: 1.- Como es imposible conseguir fotografías (recortándolas de diarios y revistas viejas) de idéntico tamaño, conviene preparar hojas tamaño carta y pegar las fotos sobre ellas. Deberán centrarse y dejar un borde o marco parejo. Este "truco" permite que tengamos todo el equipo "del mismo tamaño". Para la jerarquización psicológica de la imagen no importa que una foto sea más pequeña que otra siempre y cuando ambas estén contenidas dentro del mismo marco de referencia. 2.- Las fotografías que integran un mismo equipo de fotolenguaje deben ser, todas, en blanco y negro o, todas, en color, pero no es conveniente que haya algunas de un tipo y otras de otro. Es preferible “sacrificar” una buena fotografía pero mantener la uniformidad en todo el material antes que poner una excelente foto pero que está fuera de ese contexto visual. La insidencia psicológica es más fuerte de lo que se puede suponer. También hay que aplicar el mismo criterio si se trata de trabajar con dibujos. Tampoco se recomienda “mezclar” dentro del mismo equipo de fotolenguaje fotos y dibujos. 3.- La selección de fotografías y dibujos debe hacerse teniendo en cuenta el tema que se va a conversar con el grupo. De todos modos, toda fotografía simbólica sirve para el cometido. El animador de grupos siempre debe estar atento y “con la tijera en la mano” para ir haciéndo un archivo de ilustraciones. Temas que pueden abordarse con la técnica de fotolenguaje No hay límite alguno pero, algunos temas se prestan más que otros; por ejemplo: • el grupo reflexiona sobre la sociedad actual (¿Con qué fotografía identifico a nuestra sociedad?). • el grupo reflexiona sobre la inclinación vocacional de sus miembros (¿Con qué foto me veo identificado según mis inquietudes de trabajo, profesión, medio de vida?). • el grupo reflexiona sobre la educación (¿Qué foto simboliza la situación educativa actual?). • el grupo reflexiona sobre la vida de fe de sus miembros (¿Qué foto simboliza mi actual relación con Dios y con la Iglesia?). Obviamente, como en todo este tipo de ejercicios para la animación pastoral, tenemos que afirmar que el recurso es sólo un mecanismo disparador. La técnica ayuda a provocar el tema pero el verdadero desarrollo, los contenidos que desean brindarse a lo largo de la reunión y la profundización personal y comunitaria se dará merced al trabajo de todos que va mucho más allá de la aplicación de un medio auxiliar de comunicación.

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