La Medicina Simplificada en el Uruguay del siglo XXI

Dr. Antonio Turnes   
jueves, 22 de septiembre de 2011
Hasta hace pocos años se debatía intensamente sobre si el número, calidad y distribución de los recursos humanos para la salud en Uruguay eran suficientes, excesivos o escasos. Muchos estudios fueron hechos, desde los años ´60, llegando a la conclusión que había una falta de adecuada distribución con una alta concentración de médicos indiferenciados y especialistas en Montevideo y una escasez de ellos en el resto del territorio nacional.
Si tal ocurría para los médicos y odontólogos, mucho peor era la situación para el personal de enfermería profesional. Cuando en los países de América Latina más desarrollados la proporción es de 4 enfermeras profesionales por cada médico, en el Uruguay teníamos la situación más que inversa: 6 médicos por cada enfermera. Lo que habla mucho (y mal) de la calidad de atención que estamos suministrando.
El tema ha hecho eclosión cuando a poco de andar el nuevo SNIS, se vio la insuficiencia del recurso humano en salud para cubrir las necesidades de una nueva demanda, generada por un nuevo sistema, que busca brindar mayor cobertura de calidad a toda la población, en todo el país.
Desde luego, estos temas no son pasibles de soluciones fáciles y rápidas, porque son de aquellos que requieren una planificación estratégica a largo plazo, y sus resultados pueden apreciarse, luego de producidos los cambios de políticas, luego de los diez años en adelante. Tal la experiencia de los países que han transitado por experiencias semejantes. Con el agregado de que algunos de esos países, interesados en cambiar el modelo de atención, centrado en un médico general que atienda al individuo en la comunidad, han debido implementar nuevas Facultades o Escuelas de Medicina, para la formación de esos recursos, porque las previamente existentes sólo formaban especialistas. En una orientación de sentido contrario al buscado por el desarrollo del cambio de modelo.
Cuando esto no se comprende en sus elementos básicos, se corre el riesgo de caer en simplificaciones o en propuestas que fuera de su improvisación y autoritarismo, poco sirven al fin que persiguen.
No hay más que mirar lo que ha ocurrido en otros países que han transitado la Medicina Simplificada, como es el caso de Venezuela, desde los años 1960, y de la antigua URSS, desde los años 1950 con los llamados Feldsher. Que incluso han merecido estudios e informes, en su tiempo, de la Organización Mundial de la Salud, siempre dispuesta a ayudar en la promoción de experiencias que extiendan la cobertura de las poblaciones.
Por eso entendemos que es de valor releer estos documentos y experiencias, antes de transitar caminos que habrán sido valiosos para otros contextos, pero difícilmente adecuados para el nuestro.
Los cambios antropológicos y culturales operados en el Uruguay en los últimos treinta años, han hecho retroceder, en algunos segmentos de la población, al tiempo de los Curanderos, ahora vestidos con nuevos ropajes. Desde las iglesias universales que prometen sanación en cada viejo cine cerrado de cada capital departamental, o de la propia capital, hasta los terreiros y toda la importación o permeación de la cultura afro-brasileña que ha penetrado profundamente en los estratos más pobres de nuestra sociedad.
La formación y los servicios de los  Feldshers, en la antigua URSS, están descritos en un largo informe de la OMS del año 1975, que puede ubicarse en este link:
La Medicina Simplificada en Venezuela, para las zonas rurales, impulsada por el Dr. José Ignacio Baldó Soulés, puede conocerse a través de este informe:
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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