Cambios de humor en el embarazo

¿Cómo sobrevivir a las hormonas? Que el embarazo es una etapa de cambios es indudable, sin embargo somos más conscientes de la metamorfosis que sufre el cuerpo, más fácil de percibir, que de la alteración psíquica o anímica, igual de importante que la física, o más.
Por lo que no debes extrañarte si a veces te sientes una persona diferente. Tampoco te sorprendas si te encuentras muy animada en un momento y decaída al siguiente. Habrá ocasiones en las que ni tú misma te reconozcas


Cambios de humor

Este desequilibrio se debe, según se cree, a la acción de las hormonas y es algo muy habitual, especialmente en el primer trimestre y en mujeres que padecen síntomas semejantes durante el síndrome premenstrual. No olvides tampoco que la revolución hormonal viene acompañada de sentimientos de angustia por la inminente responsabilidad que supone, para la futura mamá, traer un niño al mundo, por lo que los cambios de humor se agravan cuando se trata del primer hijo. Esta inestabilidad puede manifestarse en cambios repentinos que van desde la euforia hasta el llanto desconsolado en cuestión de segundos.

Seguro que estos síntomas te suenan ¿verdad? Sin embargo cuando esta inestabilidad emocional se hace persistente y te sientes hundida, te cuesta conciliar el sueño, has alterado tus hábitos alimenticios, tienes fatiga constante, cambios de carácter exagerados… y no remite en unas semanas, podría tratarse de algo más serio que una alteración hormonal. No dudes en contárselo a tu médico, ya que tal vez estés sufriendo una depresión.


Miedos, ansiedad y estrés

Los pensamientos acerca de la salud y el bienestar del bebé son muy frecuentes, no te alarmes. Hasta podrás llegar a experimentar sueños (¡incluso diurnos!) relacionados con las preocupaciones que más te afectan sobre tu bebé. Estos sueños son totalmente sanos y pueden ayudarte a superar tus principales temores. Pero si te tranquila más, hazte una ecografía u otras pruebas prenatales y habla con tu médico para ver que todo sigue en orden. Estos miedos, unidos a tu rutina laboral y los preparativos del parto podrán generar cierto estrés también y aunque en sí mismo no es perjudicial ni para ti ni para el bebé, presta atención a los posibles efectos o problemas derivados del mismo: ansiedad, insomnio, pérdida de apetito, depresión, etc.

Si la preocupación interfiere en tu ritmo habitual, lo más recomendable es consultar a un profesional.


Cambio del deseo sexual y frustración

También la libido durante el embarazo será distinta. Estos cambios van desde una disminución del deseo sexual, debido a otras alteraciones (náuseas, fatiga...) o al sentimiento de verse menos atractiva, hasta un aumento del mismo.

Como consecuencia de los cambios físicos que estás sufriendo es normal sentirse frustrada porque la ropa ya no queda tan bien y no te ves atractiva. ¿No cabes en la ropa de antes y la de embarazada te parece un saco? Busca ropa que te favorezca. Existen (y cada vez más) infinidad de marcas y estilos donde encontrar lo que mejor te sienta.


Problemas de memoria y concentración

La falta de memoria y la distracción son factores ligados al embarazo. Parece que las hormonas también tienen algo que ver, pero además tu cabeza estará pensando en tu futuro hijo y todo lo que eso conlleva. Por lo tanto los pequeños olvidos y problemas de concentración serán frecuentes y tu agilidad mental puede no ser tan “ágil” como antes, pero para tu alivio este estado es temporal, se normaliza después del parto. Lo mejor que puedes hacer es quitarle importancia y tomártelo con sentido del humor. Además, ante cualquier despiste siempre tienes una excusa: ¡estás embarazada!


Calendario de posibles cambios psicológicos

Primer trimestre

-Inestabilidad emocional (parecida a la del síndrome premenstrual)
-Dudas, temores, alegrías
-Tranquilidad

Segundo trimestre

-Inestabilidad emocional
-Alegría y/o aprensión ante la realidad del embarazo
-Aceptación de la realidad (puede llevar a la fustración)
-Ansiedad ante el futuro
-Alegría (producida por los movimientos fetales)
-Distracción y sueños

Tercer trimestre

-Aprensión por la maternidad y la salud del bebé
-Aumento de los sueños acerca del bebé
-Aumenta la sensación de pesadez del embarazo
-Excitación ante la inminente llegada del parto
-Irritabilidad e hipersensibilidad
-Impaciencia e intranquilidad



Tus emociones a raya

> Para aliviar tus cambios de humor y tu sensibilidad a flor de piel, toma nota de estas medidas:



- Mantente saludable físicamente. Haz ejercicio y descansa lo suficiente.

- Cuida tu alimentación.

- Infórmate de todo lo concerniente al embarazo y tu futuro bebé. Asiste a clases de preparación al parto, lee libros y revistas sobre el tema, pregunta todo lo que te preocupa a tu ginecólogo, escucha y pide consejo a otras madres.

- Tómate la vida con calma y haz sólo las cosas que realmente tengan importancia.

- Pospón las tareas que puedan esperar para después del parto y mientras aprovecha esta etapa relajándote y divirtiéndote, ¡sólo dura 9 nueve meses!

- No te exijas demasiado en casa y delega obligaciones.

- Aléjate temporal o permanentemente de aquello que te produce ansiedad y estrés.

- Comunícate con tu pareja, familia y amigos y comparte tus miedos y preocupaciones.

- No tomes ninguna medicina, o suplemento vitamínico sin consultarle antes a tu médico.

> Para tener una memoria de elefante:

- Evita grasas saturadas que producen colesterol y pueden obstruir las arterias, impidiendo el riego de oxígeno al cerebro.

- Toma verduras, frutas, frutos secos, pasta, legumbres, alimentos con magnesio, yodo y fósforo y vitaminas como la B12 y el ácido fólico.

- Prescinde del alcohol, el tabaco y por supuesto las drogas.


¡Ejercita tu mente!

Si los descuidos y olvidos comienzan a ser verdaderamente fastidiosos puedes realizar una serie de actividades para poner en forma tu memoria, que no sólo pueden serte útiles durante el embarazo, sino durante el resto de tu vida.

- Lee habitualmente.

- Practica juegos de mesa.

- Realiza crucigramas, autodefinidos, sudokus, etc.

- Memoriza la lista de la compra, recetas de cocina, teléfonos, la ropa que llevabas ayer, la de tus compañeros de trabajo, etc.

- Prescinde de la calculadora al hacer las cuentas.

- Coge el periódico o cualquier texto, colócalo frente al espejo y trata de leerlo al derecho entendiendo lo que dice.

- Lleva una agenda diaria y apunta todo lo que tienes que hacer. Recordamos mejor las cosas si las escribimos.

Redacción: Lola García-Amado

http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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