BENEFICIOS DE LA ESTIMULACIÓN ACUÁTICA PARA BEBES CON MAMÁ Y/O PAPÁ DENTRO DEL AGUA


BENEFICIOS PSICOLÓGICOS Y AFECTIVOS DE LA NATACIÓN EN BEBÉS:
Estar en contacto con el agua desde una temprana edad, en un ambiente cálido y en compañía de su principal fuente de seguridad, evita que se tenga una experiencia negativa que provoque en los bebés miedos que en muchas ocasiones son irreversibles.

Compartir la experiencia con sus padres en el agua, fortalece los lazos afectivos y brinda a los bebés una seguridad importante para el establecimiento de futuras relaciones. Es sabido que la afectividad juega un papel muy importante para el desarrollo de la seguridad y autoestima de cualquier persona. También sabemos que en los primeros meses de vida, el bebé percibe su cuerpo como parte del de su madre y del mundo que lo rodea.En esta etapa el niño no sabe usar simbolismos, simplemente reacciona de manera espontánea a diferentes estímulos, tanto externos como internos que solo la madre es capaz de interpretar dándoles un sentido.


“El bebé depende enteramente de la madre y ella cumple tres funciones básicamente:


Protege al niño de estímulos externos que lo perturban, por ejemplo, imponiendo reglas de silencio en el entorno, o cuidando la temperatura.
Apacigua la tensión nacida de los estímulos internos provocados por sus necesidades primarias como hambre y sueño.
Proporciona los estímulos necesarios para su desarrollo perceptivo y afectivo como son: contacto físico, caricias, miradas, palabras dulces, etc.” (Serrano, Ana)


Esta identificación íntima que une al bebé con su madre, ha sido abordada por muchos expertos en psicología (Spitz, Freud, Ajuriaguerra, Mahler, Bowlby, Ainsworth, From, etc.), quienes han hecho hincapié en que el adecuado manejo de esta etapa, es determinante para el desarrollo emocional de la persona. La madre, identificada con el bebé, percibe muy sutilmente sus necesidades y sus reacciones. Por su parte el bebé percibe, reconoce, el tono de voz, los gestos y el humor y disposiciones afectivas de su madre para con él.

El ambiente agradable y cálido del agua, en donde la mamá o el papá (fuente de seguridad del bebé), lo carga, manipula y abraza todo el tiempo, concentrando su atención en él, resulta un lugar privilegiado en donde se favorece esa intimidad con él o ella; se profundizan los lazos afectivos y las formas de comunicación al entablar un diálogo a través del contacto físico, visual y verbal. Asimismo, al flotar, el bebé mantiene al mismo nivel el contacto visual, permitiendo percibir la cara y expresión de sus padres desde diferentes perspectivas en una posición grata y relajada.

Este ambiente de seguridad es determinante para lograr la relajación del bebé, indispensable para disfrutar y desarrollar habilidades que le permitan conocer y dominar el agua. Acompañados por sus padres, los bebés fácilmente se adaptan a situaciones nuevas como la natación ya que ellos no se preocupan tanto por dónde están sino con quién y qué tan cuidados están.

El proceso de separación e independencia con respecto de los padres es paulatino y no es lineal, se va dando lentamente. En el camino, hay momentos en los que el bebé se va despegando para conocer y relacionarse con el medio y con otras personas, pero sigue necesitando la presencia y acompañamiento de los padres que le brindan y refuerzan la seguridad en diferentes etapas. Podemos encontrar fases en las que aparentemente hay un retroceso en la socialización del bebé y de pronto vuelve a querer estar pegado a los padres. Es sumamente importante percibir y respetar estos momentos, reconociéndolos como necesidad por parte del bebé de volver a afianzar su seguridad para irse despegando cada vez más y no forzarlos a hacer cosas en las que se sienten nuevamente inseguros. Durante la natación, el bebé aprende a conocer el agua, un medio diferente al habitual. El dominio paulatino le da seguridad y autonomía, pero una autonomía responsable que le va ayudando a adquirir una noción real de sus posibilidades y limitaciones.

En resumen, la experiencia acuática de papá o mamá con el bebé proporciona a nivel afectivo los siguientes beneficios:

Da seguridad a los papás en el manejo de sus hijos en el agua.
Disminuye el miedo, por la seguridad que le transmiten los papás.
Fortalece el lazo afectivo con papá o mamá.
Disminuye la angustia de separación.
Favorece el contacto piel con piel.
Favorece observación de los padres hacia sus hijos.
Los padres aprenden a percibir emociones, conductas, actitudes de su bebé a través del lenguaje corporal.
EN EL APRENDIZAJE
El agua permite al bebé ampliar su posibilidad de movimientos y hace que se atreva a investigar y a descubrir nuevas actividades para desarrollar así nuevas habilidades. El bebé aprende experimentando e interactuando con el medio; si nosotros brindamos un medio diferente en el que además vea y manipule un material variado y observe su comportamiento dentro del agua, ampliamos su aprendizaje y se estimula su desarrollo intelectual.

En el agua se sostiene al bebé, no hay necesidad de cargarlo porque dentro de ella, disminuye el peso corporal hasta en un 90 %. Esto aunado a la disminución de la fuerza de gravedad, permiten movimientos, posturas, sensaciones y juegos diferentes de los que se dan en tierra. Se privilegian los movimientos que desafían la gravedad: maromas, giros, brincos.


La experiencia del cuerpo y de diferentes objetos dentro del agua, permite aprender nociones físicas de flotación, propulsión, desplazamiento, equilibrio, ubicación espacial, resistencia, etc.


Por otra parte se puede estimular también su conciencia de ubicación de tiempo y espacio al experimentar con su propio cuerpo y cada una de sus partes, posturas, posiciones, conceptos como arriba-abajo, afuera-adentro, adelante-atrás, sumir-flotar, empezar-terminar, entre otras.


El hecho de estar en el agua prácticamente desnudos, ofrece la posibilidad de que a través del contacto piel con piel, ubiquen su cuerpo y cada una de sus partes, las nombren y reconozcan los movimientos que se pueden hacer con cada una de ellas. Aprenden a conocer su cuerpo a través de los sentidos: visual, auditivo, verbal, táctil y kinestésico (movimiento).


El uso de materiales y actividades variadas, permiten paralelamente desarrollar nociones lógico-matemáticas, al clasificar y agrupar a partir de

diferentes atributos como: color, forma, tamaño, campo semántico; hacer series; correspondencias, conjuntos, etc.


Trabajar con música, desarrolla en ellos nociones de ritmo, compás, entonación, vocabulario.


Para lograr todo lo anterior es importante que como adultos desarrollemos nuestra capacidad de observación para percibir e identificar los momentos adecuados de cada uno de los alumnos y descubrir, qué, cómo y cuándo proponer una situación de aprendizaje, de acuerdo al desarrollo, habilidades e intereses de cada uno de ellos.



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