Diógenes. El cinismo. El síndrome.
“Todo el infierno está en esta palabra: soledad” (Víctor Hugo)
Diógenes nació en Sínope, en la actual Turquía, en el año 413 a. C. Es el sabio más “cautivador” dentro de los cínicos hasta el punto de tomarse como referencia, además de que su figura se ha convertido en leyenda. Un trasgresor en extremo, de aspecto descuidado y estilo burlón. “Platón llegó a decir de él que era "un Sócrates que se había vuelto loco”
Por cuestiones económicas fue desterrado de su tierra natal, acontecimiento que toma con cierta ironía: «Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse.»
Es a partir de ese momento cuando adopta el estilo de vida de los cínicos. Se consideraba un ciudadano del mundo manteniendo que un cínico se encuentra en cualquier parte como en casa. Vive en un tonel, (se le representa dentro o cerca de él, semidesnudo con el pelo largo y desastrado), en la más absoluta austeridad, llevaba un zurrón con la comida justa. Despreciaba y criticaba sin piedad las normas, las instituciones sociales provocando hasta el punto de hacer sus necesidades fisiológicas o manteniendo relaciones sexuales en la calle, comía carne cruda, escribía a favor del incesto y el canibalismo. Se burlaba de los hombres cultos —que leían los sufrimientos de Ulises en la Odisea mientras desatendían los suyos propios— y de los sofistas y los teóricos —que se ocupaban de hacer valer la verdad y no de practicarla—. También menospreciaba las Ciencias (la Geometría, la Astronomía y la Música) que no conducían a la verdadera felicidad, a la autosuficiencia.
Anduvo por Esparta, Corinto y Atenas. Se piensa que escribió varias obras, en forma de aforismos, aunque no se conserva ninguna.
Muere en el año 327 a. C. en Corinto, la causa forma parte también de la leyenda, algunos defienden que se suicidó conteniendo el aliento, otros al intoxicarse por comer carne cruda de pulpo y otros a causa de las mordeduras de un perro.
Son muchas las anécdotas que han llegado hasta nosotros, entre otras la siguiente, a la pregunta de qué hacía para llamarse cínico respondió: “halago a los que me dan, ladro a los que no me dan y muerdo a los que me desagradan”.
El cinismo. La Escuela.
El cinismo, perteneciente a la escuela cínica, se deriva del término griego “Kyon” que significa perro, amaban la fidelidad y la naturalidad. Una escuela fundada por Antístenes de Atenas. La “autarquía” era su objetivo más anhelado, un hombre feliz es el que puede bastarse a sí mismo y no deberle nada a nadie. En política defendían el “cosmopolitismo” el hombre es ciudadano del mundo sin ningún tipo de patria que no fuese el mundo conocido. Seres ascéticos, fuertes y autosuficientes despreciaban cualquier tipo de fama, dinero o reconocimiento social. Pero se trata de una personalidad a veces áspera y desagradable como la misma naturaleza a la que imitan de manera que no idealizaban a la naturaleza de la que eran seguidores. Basándose en sus modelos a seguir, la naturaleza y los animales, ejemplos de autosuficiencia, proponen un estilo de vida, ideas y comportamientos éticos fundamentales para alcanzar la felicidad, “aunque esto sólo era posible mediante una rigurosa disciplina física y mental”.
El cinismo es una forma de vivir, de pensar, de expresarse. No se han conservado las obras de los primeros cínicos, actualmente se les conoce, en gran parte, por dichos y anécdotas, que se fueron transmitiendo en forma de colecciones, la más usada es la de Diógenes Laercio, referencia fundamental para el estudio no sólo de los cínicos, sino de gran parte de la filosofía anterior a su autor. Utilizaron recursos literarios diversos donde no faltan la parodia, la sátira, la anécdota o la burla, pero siempre de forma escandalosa y provocadora
El síndrome.
En la década de los años 60 y tras la observación de casos repetidos en mayores, comienza ser diferenciado un comportamiento distinto a un estado depresivo o la demencia. Este patrón de conducta da lugar a un estudio, después de la elaboración de un trabajo científico, que detalla esas extrañas pautas de conducta. En 1975 se le bautiza como Síndrome de Diógenes.
Parece ser que están más predispuestos a sufrir este trastorno los individuos con tendencia al aislamiento o con dificultades de adaptación social, mientras que apenas se da entre personas comunicativas.
Sus síntomas son: Aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la higiene. Quienes lo sufren puede llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios y vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema. El anciano suele mostrar una absoluta negligencia en su autocuidado y en la limpieza del hogar. Suelen reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener conciencia de lo que poseen. Por el contrario, los sentimientos de inseguridad y miedo les lleva a pensar que su situación es de pobreza extrema, lo que les induce a ahorrar y guardar artículos sin ninguna utilidad. Incluso almacenar cantidades grandísimas de basura y desperdicios como si de un muro protector se tratara. Se han visto casos de personas que atesoraban billetes antiguos sin curso legal, bombonas de butano o latas de pintura. En cierto modo se trata de coleccionistas sólo que en lugar de hacerlo selectivamente lo hacen por la necesidad de acumular compulsivamente. (silogonomanía)
Suele darse en ancianos con cierta tendencia al aislamiento, aunque también intervienen otros factores estresantes de la edad tardía como las dificultades económicas o la muerte de un familiar, y sobre todo, la soledad. Estas personas se sienten solas, pero a su vez persiguen la soledad, bien por resentimiento, bien por temor. No siempre es fácil reconocer su estado puesto que puede ocurrir que de puertas hacia fuera no se muestren insociables hasta que llegan a sus casas donde se refugian en el descuido y la dejadez. Por ello no es fácil reconocer su estado, ni llegar a comprender hasta que punto son víctimas de una soledad más profunda de la que aparentan.
La posición socioeconómica no protege de su aparición, ya que se conocen casos de personas que padecían el síndrome que poseían títulos universitarios, con un alto nivel económico y carreras profesionales brillantes.
La mayor dificultad para intervenir radica en que de puertas para afuera los síntomas no son apreciables.
Info:
IDEAL
http://www.luventicus.org
http://www.ondasalud.com
http://www.nueva-acropolis.es
No me digáis que la soledad es maravillosa, por favor no me vendáis la película. Me rodearé de plantas que me pidan agua, un perro, un gato, un hámster, gusanos de seda, una araña a la que respetaré su entorno. Buscaré a los seres que quiero y necesito. En mi casa, y en esta mujer que soy, habrá siempre un lugar habitable para aquellos que llamen sin límite de hora. Como he hecho desde que no tenía uso de razón, como haré hasta que la pierda.
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo
Diógenes nació en Sínope, en la actual Turquía, en el año 413 a. C. Es el sabio más “cautivador” dentro de los cínicos hasta el punto de tomarse como referencia, además de que su figura se ha convertido en leyenda. Un trasgresor en extremo, de aspecto descuidado y estilo burlón. “Platón llegó a decir de él que era "un Sócrates que se había vuelto loco”
Por cuestiones económicas fue desterrado de su tierra natal, acontecimiento que toma con cierta ironía: «Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse.»
Es a partir de ese momento cuando adopta el estilo de vida de los cínicos. Se consideraba un ciudadano del mundo manteniendo que un cínico se encuentra en cualquier parte como en casa. Vive en un tonel, (se le representa dentro o cerca de él, semidesnudo con el pelo largo y desastrado), en la más absoluta austeridad, llevaba un zurrón con la comida justa. Despreciaba y criticaba sin piedad las normas, las instituciones sociales provocando hasta el punto de hacer sus necesidades fisiológicas o manteniendo relaciones sexuales en la calle, comía carne cruda, escribía a favor del incesto y el canibalismo. Se burlaba de los hombres cultos —que leían los sufrimientos de Ulises en la Odisea mientras desatendían los suyos propios— y de los sofistas y los teóricos —que se ocupaban de hacer valer la verdad y no de practicarla—. También menospreciaba las Ciencias (la Geometría, la Astronomía y la Música) que no conducían a la verdadera felicidad, a la autosuficiencia.
Anduvo por Esparta, Corinto y Atenas. Se piensa que escribió varias obras, en forma de aforismos, aunque no se conserva ninguna.
Muere en el año 327 a. C. en Corinto, la causa forma parte también de la leyenda, algunos defienden que se suicidó conteniendo el aliento, otros al intoxicarse por comer carne cruda de pulpo y otros a causa de las mordeduras de un perro.
Son muchas las anécdotas que han llegado hasta nosotros, entre otras la siguiente, a la pregunta de qué hacía para llamarse cínico respondió: “halago a los que me dan, ladro a los que no me dan y muerdo a los que me desagradan”.
El cinismo. La Escuela.
El cinismo, perteneciente a la escuela cínica, se deriva del término griego “Kyon” que significa perro, amaban la fidelidad y la naturalidad. Una escuela fundada por Antístenes de Atenas. La “autarquía” era su objetivo más anhelado, un hombre feliz es el que puede bastarse a sí mismo y no deberle nada a nadie. En política defendían el “cosmopolitismo” el hombre es ciudadano del mundo sin ningún tipo de patria que no fuese el mundo conocido. Seres ascéticos, fuertes y autosuficientes despreciaban cualquier tipo de fama, dinero o reconocimiento social. Pero se trata de una personalidad a veces áspera y desagradable como la misma naturaleza a la que imitan de manera que no idealizaban a la naturaleza de la que eran seguidores. Basándose en sus modelos a seguir, la naturaleza y los animales, ejemplos de autosuficiencia, proponen un estilo de vida, ideas y comportamientos éticos fundamentales para alcanzar la felicidad, “aunque esto sólo era posible mediante una rigurosa disciplina física y mental”.
El cinismo es una forma de vivir, de pensar, de expresarse. No se han conservado las obras de los primeros cínicos, actualmente se les conoce, en gran parte, por dichos y anécdotas, que se fueron transmitiendo en forma de colecciones, la más usada es la de Diógenes Laercio, referencia fundamental para el estudio no sólo de los cínicos, sino de gran parte de la filosofía anterior a su autor. Utilizaron recursos literarios diversos donde no faltan la parodia, la sátira, la anécdota o la burla, pero siempre de forma escandalosa y provocadora
El síndrome.
En la década de los años 60 y tras la observación de casos repetidos en mayores, comienza ser diferenciado un comportamiento distinto a un estado depresivo o la demencia. Este patrón de conducta da lugar a un estudio, después de la elaboración de un trabajo científico, que detalla esas extrañas pautas de conducta. En 1975 se le bautiza como Síndrome de Diógenes.
Parece ser que están más predispuestos a sufrir este trastorno los individuos con tendencia al aislamiento o con dificultades de adaptación social, mientras que apenas se da entre personas comunicativas.
Sus síntomas son: Aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la higiene. Quienes lo sufren puede llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios y vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema. El anciano suele mostrar una absoluta negligencia en su autocuidado y en la limpieza del hogar. Suelen reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener conciencia de lo que poseen. Por el contrario, los sentimientos de inseguridad y miedo les lleva a pensar que su situación es de pobreza extrema, lo que les induce a ahorrar y guardar artículos sin ninguna utilidad. Incluso almacenar cantidades grandísimas de basura y desperdicios como si de un muro protector se tratara. Se han visto casos de personas que atesoraban billetes antiguos sin curso legal, bombonas de butano o latas de pintura. En cierto modo se trata de coleccionistas sólo que en lugar de hacerlo selectivamente lo hacen por la necesidad de acumular compulsivamente. (silogonomanía)
Suele darse en ancianos con cierta tendencia al aislamiento, aunque también intervienen otros factores estresantes de la edad tardía como las dificultades económicas o la muerte de un familiar, y sobre todo, la soledad. Estas personas se sienten solas, pero a su vez persiguen la soledad, bien por resentimiento, bien por temor. No siempre es fácil reconocer su estado puesto que puede ocurrir que de puertas hacia fuera no se muestren insociables hasta que llegan a sus casas donde se refugian en el descuido y la dejadez. Por ello no es fácil reconocer su estado, ni llegar a comprender hasta que punto son víctimas de una soledad más profunda de la que aparentan.
La posición socioeconómica no protege de su aparición, ya que se conocen casos de personas que padecían el síndrome que poseían títulos universitarios, con un alto nivel económico y carreras profesionales brillantes.
La mayor dificultad para intervenir radica en que de puertas para afuera los síntomas no son apreciables.
Info:
IDEAL
http://www.luventicus.org
http://www.ondasalud.com
http://www.nueva-acropolis.es
No me digáis que la soledad es maravillosa, por favor no me vendáis la película. Me rodearé de plantas que me pidan agua, un perro, un gato, un hámster, gusanos de seda, una araña a la que respetaré su entorno. Buscaré a los seres que quiero y necesito. En mi casa, y en esta mujer que soy, habrá siempre un lugar habitable para aquellos que llamen sin límite de hora. Como he hecho desde que no tenía uso de razón, como haré hasta que la pierda.
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo
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