Complejidad vincular

Definición El concepto de complejidad vincular se refiere al funcionamiento de la pareja como vínculo, su nivel de organización, los diferentes modos de relación que entre los miembros se actualizan. Suele usarse como adjetivo -calificando al vínculo- y se habla así de "mayor" o "menor" complejidad vincular, La mayor o menor complejidad está en relación con la plasticidad o repetitividad, progresión o regresión de los funcionamientos y, por lo tanto, la capacidad del vínculo de elaborar conflictos o situaciones traumáticas. Guarda relación también con la capacidad de realizar un trabajo de actualización y reformulación de los acuerdos inconscientes en las crisis vitales que jalonan el desarrollo del vínculo. El concepto se apoya en un primer postulado teórico consistente en que la pareja es un sistema, una estructura que llamamos vínculo y, segundo postulado, que esta estructura puede tener diferentes niveles de complejidad u organización. Aparece utilizado de diferentes maneras por los autores. No existe una descripción de su contenido que haya uniformado los diferentes usos que de él se hacen en las discusiones clínicas y en la bibliografía. Origen e historia del término Retorna una idea freudiana sobre la evolución, la presunción de que a partir de organismos simples -unicelulares- se desarrollan organismos pluricelulares, de mayor y mayor complejidad, con un mayor grado de fusión instintiva, un grado mayor de resistencia y estabilidad, una mayor capacidad de respuesta a los conflictos y traumas. En esta propuesta freudiana tenemos una pista para rastrear los antecedentes de la utilización del concepto de complejidad en el campo psicoanalítico. En nuestro ámbito, en el terreno mas específico del psicoanálisis vincular fueron Berenstein y Puget los primeros en utilizar este concepto. Desarrollo desde la perspectiva vincular La complejidad vincular puede ser estudiada de diferentes maneras, tantas como perspectivas hay para el estudio del vínculo de pareja. La manera que en la práctica clínica pareciera haber tenido mayor aceptación es la de aislar un aspecto, un eje del funcionamiento vincular y discriminar en éste los funcionamientos mas regresivos -de menor complejidad-, los mas progresivos -de mayor complejidad toda la gama de funcionamientos presentes. La mayor o menor complejidad está en relación con la plasticidad o repetitividad, progresión o regresión, escisión o integración de los funcionamientos vinculares y, como resultado, la capacidad del vínculo de elaborar conflictos o situaciones traumáticas. Aunque las palabras -mayor" y "menor" tienen un sentido cuantitativo, se las utiliza para reflejar la resultante final de un análisis que no es sólo cuantitativo, sino que se refiere a la cualidad del funcionamiento vincular.

Dicho de otra manera, las palabras "mayor" y "menor" no deben inducir a creer que el análisis de la complejidad vincular es cuantitativo (o económico en términos de Freud). Se trata de un estudio eminentemente cualitativo. Para ejemplificar el estudio de la complejidad vincular puede tomarse cualquier eje, por ejemplo el eje endogamia <-> exogamia. En toda pareja se juega una tensión conflictiva entre las fuerzas que consolidan la relación de alianza y los respectivos polos endogámicos. El conflicto se juega en terrenos variados y superpuestos: la pertenencia, las semantizaciones en juego, los proyectos identificatorios, etcétera. El equilibrio dinámico que esta conflictiva alcance puede tener diferentes niveles de complejidad u organización. En un bajo nivel los miembros no modifican mayormente los vínculos endogámicos infantiles ("mi mujer tiene su familia y yo la mía"). En un nivel alto las respectivas pertenencias y bagajes identificatorios se incluyen en un vínculo nuevo en que sufren transformaciones y reprocesamientos, en un devenir que se enriquece de lo que aporta la endogamia a la vez que alternativamente lo resignifica y/o sepulta. En cada eje que aislemos del funcionamiento vincular cabe un análisis pormenorizado del grado de complejidad: fusión-discriminación, simetría-asimetría de la relación, dualidadterceridad, terceridad limitada-terceridad amplia, etcétera. (Ver dichos términos). La lista de los ejes en los cuales cabe un análisis de la complejidad vincular puede ser muy diferente de un analista a otro, dado las diferentes "metapsicologías de bolsillo" (Pontalis J-B.) con que sin duda operamos. En cada situación clínica singular cabrá la discusión y evaluación sobre cuáles son los ejes en los que desde el punto de vista del proyecto terapéutico será más provechoso el logro de una mayor complejidad vincular. Problemáticas conexas El proyecto terapéutico y lo valorativo El concepto de complejidad vincular suele utilizarse en la práctica clínica para, a partir de una descripción del funcionamiento vincular, pensar el posible proyecto terapéutico. Es un concepto "bisagra" que articula la descripción psicopatológica con los objetivos terapéuticos. Así, está relacionado con los conceptos que procuran definir los objetivos terapéuticos: "predominio erótico", "vínculo progresivo", "predominio genital", "objeto unificado", etcétera, y también con todos los conceptos que describen un funcionamiento vincular determinado: vínculo dual, terceridad limitada, terceridad amplia, etcétera. Al hablar de complejidad vincular suelen entremezclarse, de una manera no siempre evidente cuestiones de índole valorativa. Esta infiltración de lo valorativo en un concepto teórico clínico plantea problemas difíciles. Sabemos que hay cuestiones éticas en el corazón de toda práctica clínica y también sabemos como analistas que es una opción siempre trabajosa decidir cuáles son las cuestiones éticas que es pertinente incluir en un caso clínico singular y cuáles no.
Algo de esta índole plantean Berenstein y Puget cuando dicen: "No es fácil decir qué es el bienestar de toda pareja ni cómo ni en qué consiste el aspecto progresivo vincular. ¿Qué se entiende por mayor complejidad vincular? ¿Todas las parejas atendidas por nosotros pueden llegar a esa mayor complejidad vincular? ¿Es terapéutica esa mayor complejidad? ¿Hemos de admitir un tipo de complementariedad satisfactorio sin por ello llegar a mayor crecimiento vincular y sin embargo ser la mejor solución?. Esta cita nos permite reflexionar sobre una dificultad del concepto de complejidad vincular: aspira a la evaluación del vínculo desde ópticas en que no predomine lo "personal" del analista pero este tipo de herramientas conceptuales sólo se construyen en aproximaciones asintóticas.




http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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