Aspectos de la Adicción


    La pregunta es: ¿porqué resulta tan difícil dejar el tabaco?
    La respuesta es que no es difícil dejarlo, lo difícil es mantener esta decisión a largo plazo. Y esto sucede por tres causas:
-         Adicción  física.
         La adicción física del tabaco, causa un “mono”, que resulta aterrador para muchas personas. La ironía es que este mono, se supera con relativa facilidad en tres semanas como máximo. Después de este tiempo, el organismo está limpio y no necesita en absoluto la nicotina. Pero hay una trampa, si bien el cuerpo no echa de menos el tabaco, la nicotina se ha creado un hueco en el cerebro, un molde de sí misma entre las sustancias naturales de las neuronas que perdura durante toda la vida. Es como la cerradura de una llave, el cuerpo recuerda la nicotina y con suma facilidad vuelve a engancharse porque la nicotina (llave) encaja perfectamente en el sitio que se ha creado en el cerebro (cerradura).
-         La adicción psicológica.
    Como ya hemos visto, los beneficios del tabaco son fundamentalmente ficticios, basados en la adicción psicológica, por ello resulta doblemente difícil convencerse de su falsedad. El fumador tiene miedo de dos cosas: la primera de no ser “el mismo” si no fuma, es decir, perder parte de su personalidad al dejar el tabaco, la segunda el miedo a no poder soportar las situaciones desagradables sin tabaco o no disfrutar de las agradables si no fuma. Este autoengaño creado por la nicotina,  es la razón fundamental por la cual incluso personas que ven peligrar su vida, no se sienten capaces de dejar el tabaco.
-         La adicción conductual.
    Es decir, la asociación entre dos formas de comportarse que en principio no tienen nada que ver: por ejemplo, beber y fumar. Este tipo de asociaciones, se crean en buena parte por la imagen que nos ha dado la publicidad y que hemos aprendido durante la infancia y adolescencia. Ocurre otro tanto con el alcohol, es imposible erradicar la  creencia social de que una  persona que no bebe, es aburrida.
Una vez que la asociación se ha establecido, es automática. El mejor ejemplo que podemos poner es aprender a conducir. Al principio resulta muy difícil y hay que estar atento a muchos factores, pero con la práctica se vuelve automático y un conductor experimentado no es consciente de estar vigilando al mismo tiempo el volante y el tráfico. De esta misma manera, se asocia fumar con otras muchísimas situaciones, fumar y conducir, fumar y ver tele, fumar y tomar café, etc, Así ocurre que luego si una persona se ha acostumbrado a fumar y ver tele, cuando vea la tele sin fumar echará fuertemente de menos el tabaco, lo que requiere un tiempo para acostumbrarse otra vez a un nuevo esquema, lo cual no significa que no se pueda hacer, ni que no vaya a poder disfrutar como antes de su programa favorito.
            http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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