La Clínica con pacientes víctimas de acoso moral laboral

El Acoso Moral laboral es una figura jurídica pero en el Uruguay aun no hay una legislación específica que la contemple .Tampoco tenemos muchas bibliografía de autores uruguayos y hay un gran desconocimiento por parte de profesionales vinculados directa o indirectamente al tema , generándose una mayor desprotección de la víctima y aislamiento.
La falta de una legislación , de información y la ignorancia agravan la realidad de los hechos y victimizan mas a las víctimas, teniendo que soportar nuevas formas de maltrato producto del desconocimiento de este tipo de violencia que está creciendo a pasos agigantados en nuestro país.
Hirigoyen define al AML desde un punto de vista que tiene en cuenta las consecuencias del mismo en las personas que lo padecen y hace hincapié en lo repetitivo del acto.
“El Acoso Moral en el trabajo se define como una conducta abusiva ) gestos , palabras, comportamientos , actitudes….)que atentan, por su repetición o sistematización contra la dignidad o la integridad psíquica o física de una persona, poniendo en peligro su empleo o degradando el ambiente de trabajo.”
Es una violencia en pequeñas dosis y ello sumado a la dependencia económica y emocional del trabajador y al a falta de empleos, hace que las personas toleren este tipo de prácticas con severas consecuencias emocionales, económicas y vinculares.

Desde hace 4 años trabajo con victimas de hostigamiento psicológico en el trabajo e investigo sobre el tema .En los inicios intente trabajar desde una intervención psicoanalítica, por mi formación, pero ello no me dio resultado alguno, solo lograba aumentar la angustia, la ansiedad y reforzar los sentimientos de culpa. De a poco me fui dando cuenta que quien padece violencia psicológica una vez que consulta es luego de muchos meses de sufrimiento y de no saber que le estaba pasando, Una vez que toman conciencia y piden ayuda , emocionalmente están al límite de sus fuerzas, presenta un alto monto de angustia, pensamiento desorganizado, cambios de humor , sentimiento persecutorios y mucha culpa.
Sus pensamientos desorganizados saltan de un hecho de violencia padecido al otro y cada vez que relatan uno inmediatamente se preguntan qué he hecho, en que me equivoqué, como debería haber manejado tal o cual situación . Debido a ello comencé por plantearles que mas adelante veríamos que de ellos estuvo en juego pero primero nos íbamos a enfocar a ordenar sus ideas y entender los daños internos que la violencia les ha provocado, para luego ir sanado y fortaleciéndose. Al mismo tiempo pensar juntos los paso a seguir en cuanto a qué medidas tomar para salir de esta situación. En este punto trabajo con un equipo de abogados que les asesora legalmente.
La cura psicoanalítica no resulta viable para una víctima que aun se encuentra bajo los efectos del choque de la violencia perversa y las humillaciones, pudiendo generar una frustración insoportable en una persona que ha padecido una negación deliberada de la comunicación , que es la violencia entorno a la que gira el acoso moral. De esta manera puede llegar a identificar al psicoanalista con el agresor y eternizar un estado de dependencia.
Solo una vez que la victima este suficientemente restablecida podrá iniciar un tratamiento psicoanalítico , o sea lograr comprender que de ella y de su historia puede llevarla a entender su excesiva tolerancia con el agresor y su enganche perverso.
En primera instancia, la intervención ,apunta a reforzar las defensas y obtener una mejora sintomática , pero antes de evocar sus heridas no resueltas de la infancia, debe elaborar y desprenderse de la historia de violencia recientemente vivida.
La curación consiste en estos casos en integrar a su psiquismo el acontecimiento violento como una vivencia estructurante de la vida ,( cosa que no es nada fácil mientras la persona permanece en el trabajo en la misma situación de violencia )y luego a partir de allí ser el facilitador para profundizar y reencontrarse con un saber emocional reprimido a partir de la intervención psicoanalítica. Ayudándolo a encontrar los lazos que existen entre la situación presente y las heridas de su infancia, pues el perverso con su gran intuición , agarra a la víctima por sus grietas infantiles. Pero ojo, no debemos hacerlo antes de estar bien seguros de que se ha sustraído al dominio y ha alcanzado la suficiente solidez como para lograr asumir su parte de responsabilidad evitando que caiga en una culpabilidad patológica.
Por lo general quien consulta por AML ya está en una etapa avanzada de violencia y muy frágil emocionalmente, no olvidemos que puede llevarlos al suicidio. Por ello antes que nada hay que evaluar sino es necesaria la derivación a psiquiatra, pero ojo tiene que ser un profesional que sea conocedor del AML porque de lo contrario en lugar de ayudar agrava la situación violentando nuevamente al paciente y se corre el riesgo de que no regrese a nuestra consulta.
Cuando la víctima está en una situación emocional de riesgo es aconsejable una desvinculación inmediata , sino puede dejar el trabajo por dependencia económica, entonces hay que recurrir a una licencia. En este punto el rol del psicólogo es muy participativo, incluso ayudando al paciente a pensar si buscar otro trabajo y cómo hacerlo. También ayudarlo a evaluar si sería conveniente denunciar judicialmente, cuando, como y las consecuencias emocionales de ello así como el riesgo de quedar expuesto a que las agresiones aumenten.
Trabajar en estos casos es evaluar varios frentes al mismo tiempo e ir viendo que estrategias y pasos a seguir, dependiendo de cada caso y de cada estructura psíquica de los que consultan, teniendo en cuenta en que etapa del acoso lo hacen.
Uno de los dolores más grande que padecen las víctima es sentirse no entendidos, lo difícil que les resulta poner en palabras y expresar en forma entendible para el otro , la violencia casi invisible de la que están siendo objetos, provocando en ellos un intenso sentimiento de soledad , impotencia y exclusión.
Otras de las cosas que resaltan las víctimas durante el proceso es querer que las agresiones paren, que esto llegue a su fin y mi experiencia en el tema me permitió aprender que este proceso es largo y que muchas veces compañeros de trabajo y la empresa se suman a esa violencia, pues el hostigador suele ser una persona muy inteligente que logra revertir la situación quedando la víctima frente a los otros como la culpable y merecedora de los castigos que recibe. (Mobbing o acoso Moral Institucional) Para muchos paciente esta situación se convierte en una agonía, un laberinto del que no pueden salir y nosotros debemos ayudarlos a encontrar la puerta de salida. Debe aceptar su propia angustia y saber que no desaparecerá inmediatamente.
Por ello el encuadre clínico debe basarse en la creación de un clima de confianza y contención para que la víctima pueda rememorar tanto la violencia que padeció como sus propias reacciones y así analizar cada una de sus actitudes para que pueda ver como ella misma habilita a su agresor e ir encontrando otras formas de responder a esas agresiones . Ya no tendrá que huir de sus recuerdos y poco a poco encontrará una nueva manera de aceptarlos sin que la culpa la invada, fortaleciéndose , recuperando su autoestima y confianza en si misma.
Curarse significa volver a unir las partes dispersas y restablecer la circulación entre ellas, entender que su vida no se reduce a su posición de víctima y reconstruir un porvenir.
Para ello debe tener el valor de encontrarse cara a cara con su sufrimiento, pero primero debe desembarazarse de su culpabilidad para adueñarse del mismo y así podrá poco a poco dejar de lamentarse .
De todas manera, destaco, que esta experiencia deja un rastro que no se borrara jamás pero del que se puede aprender a huir de la violencia verbal y rechazar los ataques a su autoestima.

No debemos olvidar que el Acosos Moral es una violación de los derechos humanos en tanto es un ataque a la dignidad de las personas .

Lic. Silvana Giachero
svgiachero@hotmail.com

http://adoos.com.uy/post/3225526

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