"Las adicciones surgen por la falta de autoestima. Si logramos cambiar nuestros pensamientos dejaremos la -huida- que nos conduce a la adicción".


Por Gloria Marsellach Umbert - Psicólogo


Hoy en día se habla mucho de dos adicciones que en el pasado no parecían serlo; una de ellas es la que titula el artículo y la otra es la adicción por comprar. Las dos refieren a un ser humano incontrolable, desenfrenado y poco evolucionado.

La sociedad de consumo está acabando con la espiritualidad del hombre. El día a día en una sociedad siempre con prisas termina con un irreparable sentimiento de estrés. El adicto tiene problemas consigo mismo y con el entorno y no sabe otra manera de subsistir dentro de este mundo. El reto que supone todo juego le llena de adrenalina y la necesidad de realización supera toda lógica. La adicción es tremendamente fuerte y las consecuencias que se derivan de esta patología pueden llegar a ser ruinosas tanto para el sujeto ludópata como para su familia. Lo arriesga todo por vivir un instante el placer del juego porque no se trata de ganar sino realmente de jugar. Por tanto ganar no es el final del ludópata, cuanto más juega más necesidad tiene de seguir jugando gane o pierda. El adicto no es capaz de manejar sus propias emociones y mediante el juego las libera para que no le causen tanta tensión interna.

Toda adicción suprime las emociones y así, sin sentir, la vida es menos complicada. La persona frente a un episodio de pánico pretende huir de la crisis queriendo huir de sí mismo: es el miedo al propio interior. El adicto actúa del mismo modo, teme enfrentarse consigo mismo, con sus problemas, su soledad, sus sentimientos y los sumerge mediante la adicción, que no es otra cosa que el miedo a sentir. Esta conducta adictiva hacia el juego parece haber despertado gran interés en muchas amas de casa que aprovechan su tiempo entre tarea y tarea para jugar a las " inocentes" máquinas tragaperras que podemos encontrar prácticamente en cada bar. Así inician una pequeña adicción que ya no tendrá vuelta atrás convirtiéndose en una necesidad que provocará mentiras, engaños, pequeños hurtos y descuidos en sus tareas cotidianas.

En la era actual esas mismas señoras parecen también querer etiquetarse la otra adicción que mencionábamos al inicio del artículo, la referida a las compras incontrolables. Salen como cada día con el cesto de la compra y el monedero, normalmente cargado además de dinero de una tarjeta de crédito. Se emocionan con la simple visión de un escaparate, ya sea de bolsos, zapatos, ropa, y entran pero no por necesidad de la prenda a adquirir sino por necesidad de "gastar". El excesivo gasto las lleva a acumular "objetos inútiles" pero eso poco importa porque al principio no son conscientes que tienen un problema.

Tanto en uno como en otro la conducta llevada a cabo (de jugar o comprar) les lleva a actuar de forma compulsiva e irracional. El ser humano necesita beber y comer para sobrevivir, el adicto necesita de su adicción para vivir. Las primeras son necesidades innatas en el ser humano, las adictivas las ha creado la sociedad de consumo en la que vivimos. Esta misma sociedad que "reinventa continuamente la rueda" o lo que es lo mismo nos presenta cambios continuos en los mismos productos para que no perdamos el interés por su consumo. Nosotros hemos creado las adicciones y somos los únicos responsables de que ellas interfieran la vida saludable de las personas.

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En nuestros hijos ya tenemos muestras de ludopatía con los ordenadores y las consolas que tanto les enganchan. A nosotros los padres nos dejan tranquilos mientras ellos invierten horas y horas delante de la pequeña pantalla pasando niveles del juego. Cuanto más atractivo más adicción y el freno si no lo ponemos los padres causará una conducta adictiva en el niño.

Si antes se hablaba de las repercusiones que la televisión tenía en los niños en cuanto a ciertas series cuyo contenido era demasiado destructivo, ahora con las consolas éstas se han acrecentado. Los juegos favoritos de los niños se sitúan en torno a juegos de lucha como el "Tekken"o "Mortal Kombat"; u otros también muy aceptados como el "Final Fantasy" en sus diferentes versiones que pretenden bajo el epígrafe de juego de rol e interactivo, esconder las contínuas luchas que llevan a cabo los héroes protagonistas contra multitud de "malos" que aparecen a cada paso que avanzan. La finalidad siempre vencer y con ello empieza a formarse el ludópata, ganando y así sintiéndose bien pero pronto se da cuenta que ganar no es lo que verdaderamente importa sino que lo que en realidad le estimula es jugar. Estamos creando con estas conductas a futuros ludópatas que se gastarán su dinero en el juego y lo que es más grave gastarán su "tiempo" también.

En España viéndose que el porcentaje de ludópatas crecía espectacularmente se han creado una serie de asociaciones de apoyo cuando el enfermo cree haber tocado fondo. La manera de contactar con estas asociaciones es telefónicamente y ellos realizan las gestiones para que no puedas acceder tanto a tus cuentas bancarias como a los lugares de juego que solías frecuentar. Todo ello evidentemente por propia autorización tuya, que siendo consciente de tu enfermedad deseas poner freno a esa adicción.

Realmente estamos frente a un grave problema por todas las repercusiones o consecuencias que comporta en el entorno social de quien la padece. Quizás la solución la posee el ser humano pero esta sociedad ya parece ir por libre y nada la parará en su "revolución" hacia la autodestrucción.

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