Psicología aplicada al deporte, Intervención en lesiones deportivas







Lic. Beatriz Torres Falco. (Psicóloga deportóloga)
jueves, 25 de marzo de 2010
La Psicología aplicada al deporte, es una rama de la Psicología General que investiga las causas y los efectos de los acontecimientos psíquicos que presenta el ser humano, antes, durante y después del ejercicio y/o deporte, sea este de tipo educativo, recreativo, competitivo o rehabilitador. (Bécker, Jr. 1995),


El Psicólogo deportólogo es un profesional de la psicología cuyo objeto de estudio es el comportamiento humano, en situaciones deportivas, evaluando e interviniendo en el desarrollo de las capacidades de las personas, y/o grupos. Desarrolla su actividad profesional principalmente en el marco de los sistemas sociales dedicados al deporte en sus diversos niveles y modalidades y durante todo el ciclo vital de la persona. Así mismo interviene en todos los procesos psicológicos que afectan al deporte, y que de éste se derivan, a nivel personal, grupal y social.

Dentro de los objetivos de la Psicología del Deporte se destacan los siguientes

El estudio de los factores psicológicos que influyen en la participación y rendimiento deportivo, a. las Habilidades Psicológico Deportivas: motivación, activación, atención/concentración, manejo del impulso agresivo (competitividad), manejo del pensamiento (procesamiento de la información y toma de decisiones), la personalidad, la comunicación (verbal y no verbal), la autoconfianza, b. las dinámicas de grupo y Liderazgo: proceso de constitución del equipo, tipos de líder, procesos grupales.

El estudio de las exigencias propias de la actividad: tipo de vinculo: cooperación o confrontación, características de la tarea: fuerza, velocidad, resistencia, nivel de riesgo: alto, medio o bajo.

El estudio de las exigencias propias de la actividad: tipo de vinculo: cooperación o confrontación, características de la tarea: fuerza, velocidad, resistencia, nivel de riesgo: alto, medio o bajo.

El estudio de los efectos derivados de la práctica deportiva, ya sea en situación de entrenamiento, competencia y/o retiro de la actividad: abandono de la actividad, depresión, trastornos alimenticios, burnout, sobreentrenamiento, estrés, culpa, frustración y rehabilitación de lesiones.

La lesión deportiva
La lesión deportiva es uno de los obstáculos más importantes para el óptimo rendimiento de un deportista, ya que es una fuente de tensión, dolor, dudas y sufrimiento.

Puede producirse en dos momentos: al inicio de la actividad deportiva: por falta de dominio corporal, recursos deficientes, desconocimiento de las técnicas de ejecución, o en la alta competencia: por exceso de confianza, exigencias muy elevadas (sin la preparación y/o recuperación apropiadas), tipo de deporte (juego duro).

Las consecuencias de una lesión pueden verse en tres niveles:
a. Nivel físico: dolor y disfunción física.
b. Nivel psicológico: ansiedad, depresión, culpa, estrés.
c. Nivel social, laboral y económico: ausentismo, cambios de rutina.

Del punto de vista cognitivo emocional, (además de las físicas y/u orgánicas) podemos determinar una serie de variables que pueden influir en la ocurrencia de lesiones deportivas:

A nivel personal:
Falta de buena base física

Genéticas (tendencia a ciertas lesiones)

Sub-motivación (problemas personales, contractuales, de dinero, etc.)

Sociales (hábitos alimenticios, de sueño)

Presión

Otras enfermedades (gripe, trastornos hepáticos, etc.)

A nivel situacional:
Mal estado de los campos, infraestructura

Campeonatos cortos (no se puede hacer pre-temporada)

Demasiadas competencias (no hay margen para una buena recuperación)

Vuelta anticipada (cuando no se respetan los plazos de rehabilitación)

Cambios de cuerpo técnico (distintas formas de trabajar)

Derrota y clima negativo en el equipo

Juego más violento (a mayor potencia, choques más duros)

La variable psicológica más relevante en lo referente a ocurrencia de lesiones deportivas es el ESTRÉS. El estrés es una respuesta compleja que puede estar presente antes, durante, y /o después de la lesión.

El Estrés es una reacción fisiológica del organismo en la que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia. Cuando esta condición se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que se ve reflejada en el organismo y que impiden el normal funcionamiento del individuo.
El proceso de estrés, resulta de una relación particular entre el deportista y el entorno que es evaluado por éste como amenazante o desbordante de sus recursos poniendo en peligro su bienestar.

Relación Estrés - Lesiones deportivas
Frente a la respuesta de estrés se producen una aserie de alteraciones:

Alteraciones fisiológicas: la preparación para la huida o la lucha, para la tolerancia al estrés, con la secreción de las catecolaminas, adrenalina y noradrenalina, la alteración de los patrones neuromusculares, y una disminución del sistema inmunológico. La sobreactivación muscular puede dificultar la flexibilidad y coordinación motriz, perjudicando la calidad de movimientos corporales, a su vez, el aumento de las endorfinas y un incremento de la tolerancia al dolor puede deteriorar el funcionamiento eficaz del mecanismo de alarma.
Alteraciones conductuales: que pueden afectar las conductas de prevención y promoción de salud: conductas que llevan al deportista a la exposición de efectos nocivos, mala preparación física, falta de calentamiento previo, mala alimentación y sueño, comportamientos incontrolados de agresividad, exceso en el entrenamiento, abuso de alcohol y drogas.

Alteración de los procesos psicológicos: con fallas en el foco atencional y la concentración, llevando a errores en la adecuada toma de decisiones y posterior ejecución de la respuesta motriz, graves descuidos, valoración inadecuada de riesgos, desgaste y agotamiento psíquico. Alta activación: ansiedad, hostilidad.

Modelo de Estrés-Lesión de Andersen y Williams (1988)













Según este modelo, los deportistas expuestos a una gran cantidad de eventos estresantes, que además presenten rasgos de personalidad con tendencia a potenciar la respuesta de estrés y dispongan de escasos mecanismos de afrontamiento, será más probable que perciban como amenazantes dichas situaciones, presenten niveles de tensión muscular elevados, cambios atencionales y tengan mayor riesgo de lesión

Dimensión subjetiva de la lesión.
En la percepción o valoración subjetiva que hace un deportista de su lesión, influyen una serie de factores: a. el tipo de lesión: gravedad y alcance de las consecuencias en el funcionamiento normal del deportista, b. la interrupción de las actividades cotidianas: habituales y deportivas, c. la presencia de otros sucesos estresantes: hospitalización, intervenciones quirúrgicas, d. el pronostico de la lesión: duración del proceso, perspectiva de cura, secuelas.

A su vez las variables personales pueden aumentar o amortiguar el carácter estresante de la lesión: a. estilo de pensamiento: optimista, pesimista, b. patrón de personalidad "dureza“: resiliencia, c. grado de implicación personal en el deporte: profesional, amateur, d. experiencia de rehabilitación exitosa de lesiones pasadas: percepción de la auto-eficacia, e. mecanismos de afrontamiento: evitativo o centrado en la tarea y f. la edad y nivel sociocultural.

El Proceso de Rehabilitación:
La rehabilitación implica tiempo, dedicación, esfuerzo, gasto económico, resistencia al dolor y a la frustración. La lesión implica una pérdida (de las actividades cotidianas, de la condición de “sano”, de la participación en el deporte, etc.) e implica por lo tanto un duelo.

Es por ello que el proceso de rehabilitación debe ser encarado como una oportunidad para el crecimiento y desarrollo personal, donde se apunte a un proceso de reorganización activa, evitando la fijación en etapas que pueden boicotear el mismo, como la negación o depresión, para así lograr una buena adherencia al tratamiento.

El Duelo psicológico:
Kübler-Ross (1969) propone un modelo secuencial de cinco fases del duelo, donde las emociones y los patrones de ajuste fluctúan: unas personas pasan por una fase determinada (cólera, por ej) más de una vez, otras experimentan distintas reacciones emocionales al mismo tiempo y hay quienes parecen saltarse las fases.

Negación: En general es la etapa inicial, momento en que el deportista no acepta el hecho de haber sufrido una lesión, tiende a quitarle importancia, la no aceptación de la lesión, la falta de adherencia a la rehabilitación y/o la negación de la gravedad de lo ocurrido.
Cólera: o enojo, al ver la realidad de lo ocurrido, se reconoce la gravedad de la lesión, con sentimientos de frustración por lo sucedido y enfadado consigo mismo y con los que le rodean.

Negociación: el deportista lesionado comienza a encarar la realidad de su situación intentando racionalizar y dar sentido a la lesión.
Depresión: El deportista es plenamente consciente del alcance de la lesión y de sus consecuencias. Aparecen sentimientos de incertidumbre respecto a su actividad futura y respuestas características del estado depresivo, pensamientos negativos sobre la recuperación y su futuro deportivo.
Aceptación: Es el momento más importante en la recuperación de la lesión en el que el deportista, una vez superado el estado depresivo, acepta su situación y comienza a concentrar todos sus esfuerzos en el proceso de rehabilitación y en la vuelta a la actividad.

Estrategias de intervención:

1. Estrés causado por la lesión: prepararse para el proceso de rehabilitación.
El principal instrumento del que disponemos para el trabajo en recuperación de lesiones es la escucha. La atención debe estar centrada en el discurso del paciente: conocer e investigar el significado de esa lesión para ese deportista es decir, conocer la valoración subjetiva del deportista de la lesión, (vg. la lesión como elemento de alivio a una exigencia deportiva).

El objetivo principal en esta etapa, es preparar el deportista para el proceso de recuperación. Para ello debemos: ampliar el conocimiento respecto de su lesión, dar a conocer costos y beneficios del tratamiento a corto, mediano y largo plazo, fijar objetivos apropiados de rehabilitación, elaborar el plan de trabajo para cumplir las metas, anticipar posibles dificultades: dolor, inflamación, cirugía.

2. Estrés durante el proceso de rehabilitación: la adherencia al tratamiento.

La forma en que el deportista elabore el proceso de duelo influirá en el grado de motivación para la adherencia al tratamiento. El principal objetivo en esta etapa es el desarrollo de la motivación y la autoconfianza para una buena adherencia al proceso de rehabilitación.

Factores que inciden en el proceso de rehabilitación: progreso en la recuperación: dolor, lentitud en los avances, empeoramiento, enfrentar nuevas exigencias y el cumplimiento estricto de la terapia de rehabilitación: ejercicios, uso de muleta o rodilleras, nuevas intervenciones quirúrgicas, presencia o no de apoyo social: familia, amigos, otros atletas lesionados, disminución del contacto con personas relevantes: compañeros, entrenador, institución.

La intervención se desarrolla en dos momentos:

Fase de inmovilización: coping.

Esta fase se caracteriza por la gran tensión que soporta el deportista, una visión negativa de su recuperación y la presencia de dolor. Los objetivos que se plantean en este momento del proceso son: el desarrollo de estrategias de afrontamiento, lograr una aceptación positiva de la realidad, desarrollo de estrategias de control de la ansiedad (ante el dolor, dudas), desarrollo de estrategias de afrontamiento y nuevas habilidades de coping, control de las expectativas, lograr apoyo social, preparación para la hospitalización y/o intervención, técnicas de visualización y relajación.

Fase de movilización: motivación.

En esta fase la intervención se desarrolla en tres etapas:

Recuperación: el deportista va a ir recuperando progresivamente sus niveles de funcionalidad motora: movilidad articular, apoyo, patrón de marcha, tono muscular, fortalecimiento de la musculatura. El trabajo estará centrado en la elaboración de estrategias para controlar las situaciones estresantes o dolorosas como nuevos ejercicios y el temor a la incorporación de nuevos movimientos. En esta etapa es esencial mantener un alto nivel de motivación para desarrollar el programa diario de trabajo. Para ello deberán tenerse en cuenta: las habilidades de comunicación del equipo sanitario: proporcionar información real y clara sobre el proceso, determinación clara de los objetivos de cada fase del programa de rehabilitación, analizar las recaídas y replantear objetivos, proporcionar feedback de progreso terapéutico, trabajar con técnicas de relajación y visualización, el apoyo social: testimonio de otros deportistas lesionados que ya hayan pasado por el mismo proceso.

Readaptación: En este período de trabajo, se apunta a la mejora de la cualidad física perdida como consecuencia de la lesión a fin de conseguir una tonificación de su estado físico general. Se buscará lograr el mismo nivel que el deportista tenía antes de la lesión en flexibilidad, fuerza resistencia, capacidad aeróbica. El objetivo principal de esta fase es el control del pensamiento: determinación de objetivos semanales, dialogo interno positivo, auto instrucciones y autoafirmaciones. Para ello, se trabajará en identificar pensamientos negativos o irracionales, dudas, hacer consciente los pensamiento irracionales o negativos, modificación de las creencias subyacentes al pensamiento negativo y reconvertirlos en objetivos a trabajar, reforzar la instauración de pensamientos positivos.

Reentrenamiento: En la medida que la lesión haya tenido un tiempo de recuperación más prolongado, existirá una mayor probabilidad en la aparición de estrés en el regreso a la actividad deportiva habitual. En esta etapa es esencial el trabajo de la autoconfianza. Surgen una serie de temores: a aparecer sin estar en las mismas condiciones físicas que antes de la lesión, al planteo de expectativas de rendimiento muy altas y temor a no poder cumplirlas, a enfrentarse a las expectativas de los demás respecto a su rendimiento, a no alcanzar pronto un determinado rendimiento, (pérdida del contrato, titularidad), a adaptarse a una nueva situación (a ser suplente, a jugar en otra posición), a enfrentar de nuevo a las exigencias del entrenamiento y de la competición, a lesionarse nuevamente, la Incertidumbre respecto al propio rendimiento provocada por la ausencia prolongada de las demandas de la competición. Incluso puede haber una limitación permanente en la zona afectada por la lesión lo que implicará la adaptación a una limitación. Los objetivos en esta etapa, serán: recuperar el nivel de habilidad deportiva descompensada por el tiempo de no práctica técnico-táctica, perder el miedo al fracaso, olvidar la lesión, aumentar la autoconfianza, y progresivamente aumentar su trabajo con los demás deportistas. Para ello se trabajara con visualización de inicio: representación mental simulada de las primeras sesiones de trabajo con los demás compañeros en la cancha y de la situación de entrenamiento habitual, y la determinación de objetivos. Es aconsejable que para cada entrenamiento el deportista reciba las consignas correspondientes de lo que se pretende trabajar-conseguir en las primeras sesiones de trabajo, el ensayo emocional capacita a los deportistas a sentirse seguros y confiados en que la rehabilitación tendrá éxito.

3. Estrés de los deportistas lesionados que deben competir.

Existen lesiones que no son lo suficientemente importantes como para impedir la actividad deportiva habitual, por lo que puede originarse una situación potencialmente estresante por las siguientes razones: miedo a jugar lesionado, en detrimento de su rendimiento y aumentando el potencial estresante de la situación, soportar en muchas ocasiones dolor y sensaciones fisiológicas desagradables, olvidar en ocasiones las restricciones importantes derivadas de su estado, sobre todo en los momentos en los que se encuentre mejor, adaptarse a sus limitaciones, restringiendo su actividad y dosificando su esfuerzo, no podrá descuidar la atención cotidiana a sus lesiones. Todo esto puede aumentar la respuesta de estrés, con las consecuencias anteriormente mencionadas.

4. Estrés en caso de retiro del deporte.

En algunas ocasiones, las lesiones pueden provocar la retirada de los deportistas de la práctica activa, con todas las cargas emocionales que esto implica: ilusiones, metas, etc. Esta situación estresante, tendrá que ver fundamentalmente con: las pérdidas que supone el tener que interrumpir la actividad deportiva para siempre, la necesidad de recuperar la lesión para poder llevar una vida fuera del deporte en las mejores condiciones, la necesidad de rehacer la vida en ausencia de la práctica deportiva, que en muchos casos ha sido tan importante. El deportista deberá superar la frustración, desmotivación, débil autoconfianza, falta de recursos. Una intervención psicológica en estos casos apunta fundamentalmente a dos aspectos: a. aliviar el impacto emocional de la situación y b. la búsqueda de alternativas que suplan el déficit que se produce.

5. Intervención en prevención de futuras lesiones o recaídas.

Para la prevención de futuras lesiones o recaídas, el trabajo se centra en tres ejes: 1. Eje Cognoscitivo: desarrollo de las capacidades de análisis del deportista, de juicio, crítica, decisión, y control de los procesos perceptivos, 2. Eje Psicomotor: en el entrenamiento en las capacidades de aprendizaje, control y regulación del movimiento y con una mejorada autoconciencia, en el plano cenestésico del propio cuerpo y 3. Eje Psicoafectivo: para el control de la emotividad y de la ansiedad, aumento de la autoestima, de la confianza en sí mismo y de la capacidad de hacer frente a los problemas.

Características de los deportistas con pronóstico de rehabilitación favorable:
Elevada motivación interna

Actitud mental positiva

Alto nivel de habilidad física

Alta autoestima

Apoyo social

Buena disposición a la escucha

Determinación y “dureza mental”

Equilibrio emocional

Los factores estresantes siempre van a estar presentes, por lo que el deportista debe de desarrollar y entrenar herramientas psicológicas que le ayuden a afrontar las situaciones estresantes de una manera constructiva y sana, con miras al desarrollo integral de la persona.

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