La Salud Mental


Por: Ps. Graciela Gares

Hoy 450 millones de personas en todo el planeta sufren algún tipo de enfermedad mental, pero la mayoría de ellas no están diagnosticadas y tratadas. Ello repercute negativamente en el proyecto de vida de tales individuos, trastorna la vida familiar, deteriora sus vínculos sociales, baja el rendimiento laboral e incrementa costos sanitarios.

Enfermedades mentales tales como los trastornos de ansiedad (con o sin crisis de pánico), depresión, trastorno bipolar o esquizofrenia están presentes en muchas familias sobre el planeta y nuestro país no es la excepción.

Los sistemas de salud están sobrecargados, en tanto las industrias farmacéuticas obtienen excelentes dividendos por la venta de fármacos que nos ayuden a dormir, a estar más tranquilos o estabilicen nuestro humor.

¿De quién depende nuestra salud mental?

¿Por qué hoy vemos niños con depresión, adolescentes suicidas, con bipolaridad o crisis de pánico?

¿Cuántos uruguayos consumen fármacos para poder conciliar el sueño?

Al celebrarse este año el día de la Salud Mental, el Ministerio de Salud Pública evaluó que Uruguay sigue liderando posición en la región en cuanto a índices de depresión y suicidios, en tanto que los especialistas no hallan solución al problema.

Para la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es “el estado de bienestar según el cual todo individuo es conciente de su potencial, soporta el estrés normal de la vida, trabaja de manera productiva y fructífera y es capaz de contribuir con su comunidad”.

Si bien algunos trastornos mentales tienen origen orgánico y pueden estar presentes en más de una generación familiar, muchas patologías mentales son resultado de nuestras actitudes frente a la vida o de las condiciones de vida en esta post-modernidad.

En buena medida somos constructores de la salud de nuestra mente y podemos prevenir que ella se enferme.

Mencionemos algunos “enemigos” de la salud mental:

A nivel familiar:

La desintegración de la familia. Reafirmamos que una familia unida y saludable oficia de escudo protector de la salud psíquica de sus integrantes. Divorcios y uniones precarias minan la estabilidad emocional de los individuos.
A nivel individual:

Abrigar emociones negativas por mucho tiempo: temores, enojos, rencores, indisposición a perdonar.
No aceptar ni integrar el sufrimiento como parte de la experiencia de vivir. Sufrimientos o dificultades (que no sean resultado de errores nuestros) suelen constituir experiencias de crecimiento personal.
Vivir “atados” al pasado. Haya sido bueno o malo, es preciso “soltar” el pasado para vivir aquí y ahora, superando duelos y pérdidas, generándonos nuevos proyectos de vida.
A nivel social:

Economías deshumanizadas: sistemas económicos de “números perfectos” (PBI – IPC, etc.) y “personas ausentes”.
Manos inútiles a los 40 años (desocupados o adultos excluidos del mercado laboral)
Seudo-valoración de la vida humana: abortos, eutanasia.
Una fe sencilla pero sólida en el Dios de la Biblia aporta a la personalidad de hombres y mujeres ingredientes básicos para la buena salud mental: seguridad, sentido de pertenencia, sentido de vida, aceptación incondicional y paz.

“En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo Tú, Jehová, me haces vivir confiado” (La Biblia – Salmo 4:8).

Esta entrada escrita el Lunes, Noviembre 16th, 2009 a las 7:06 am y esta archivada en Temas de Actualidad. Tu puedes seguir los comentarios de esta entrada en el RSS 2.0 feed. Tu puedes escribir un comentario o enviar un trackback desde tu sitio.

http://www.rtmuruguay.org/2009/11/la-salud-mental.html

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