Las expresiones emocionales facilitan la interacción social


Las expresiones emocionales a menudo son motivadas socialmente y no emocionalmente. Esta idea suena extraña porque en general se da por sentado que las personas sonríen cuando sienten alegría y fruncen el ceño cuando se sienten tristes. Sin embargo, las personas muchas veces sonríen cuando no sienten alegría. A veces las personas sonríen sólo para facilitar la interacción social.

Los etólogos que estudian la expresión de la sonrisa en primates encuentran que los chimpancés usan la expresión de la sonrisa para evitar la conducta posiblemente hostil de animales dominantes (Hoo, 1962), y para mantener y aumentar las interacciones de carácter amistoso (Hoo, 1972). Así como los primates sonríen (es decir, enseñan los dientes) para apaciguar a dominantes, los niños pequeños tienen más probabilidades de acercarse a un extraño que sonríe que a uno que no sonríe (Connolly y Smith, 1972). Esto se aplica igualmente a adultos que cometen errores o que sienten vergüenza social.

Es probable que sonrían en lo que vendría a ser un esfuerzo por arreglar el fallo (Kraut y Jonshton, 1979). Además, la sonrisa es una muestra de bienvenida universal (Eibir-Eibesfeldt, 1972; Hoof, 1972) que parece decir, de forma no verbal, ‘soy amistoso’ y ‘me gustaría que fuéramos amigos, por lo menos durante un tiempo’. En cada una de estas circunstancias la sonrisa del individuo está motivada socialmente más que emocionalmente.

La idea de que una sonrisa puede ser motivada socialmente conduce a la pregunta de si el acto de sonreír evolucionó como una expresión emocional de alegría o como una expresión social de amistad (Kraut y Johnson, 1979). Para poner a prueba la hipótesis de que la sonrisa puede ser una expresión de amistad, Kraut y Johnson observaron en qué momentos sonreían las personas mientras jugaban a los bolos, al presenciar un partido de hockey y al andar por la calle. Los investigadores querían saber si las personas sonreían con más frecuencia cuando estaban interactuando socialmente o cuando tenían una reacción de alegría ante un acontecimiento positivo (por ejemplo: una puntuación buena jugando a bolos, un gol del equipo favorito, un día soleado). Por lo general se encontró que los jugadores de bolos, los espectadores y los viandantes tenían muchas más probabilidades de sonreír cuando estaban interactuando socialmente que cuando sentían alegría.

Ante los logros en lugar de los amigos (foco social, no) las sonrisas eran poco frecuentes (3%), tanto si la puntuación del juego era buena (4%) como si era mala (3%); ante los amigos, sin embargo, las sonrisas eran mucho más frecuentes (31%), independientemente de si la puntuación era buena (42%) o mala (28%). Esto constituye una reafirmación de la idea de que las personas sonríen para facilitar la interacción social, independientemente de su estado emocional. Presumiblemente, la función de la sonrisa motivada socialmente es la de facilitar la interacción social.

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