Presión Arterial baja


Nombres alternativos: Baja presión; Hipotensión; Tensión arterial baja; Presión sanguínea baja; Hipotensión ortostática; Hipotensión postural

¿Qué es? La presión arterial baja puede significar o no una enfermedad, un signo indicativo de una enfermedad de mayor o menor gravedad. En los casos de enfermedades más graves, la caída de la presión es una de las manifestaciones de enfermedades que suelen venir acompañadas por otros signos o síntomas que dominan el cuadro clínico. Se puede decir que la gran mayoría de las personas que se queja, atribuyendo sus síntomas a la caída de la presión arterial, son personas sanas, que no están enfermas, por lo menos físicamente. Le toca al médico decir si la persona padece alguna enfermedad que provoque la caída de presión. Padecer de presión arterial baja es una de las quejas más frecuentes y, en la gran mayoría de los casos, es un signo de buena salud. Los médicos afirman esto por que saben que los portadores de presión arterial baja suelen ser sanos, además de que, probablemente, tendrán una vida larga. Niveles En tratándose de personas adultas, considerase como presión arterial baja cuando los niveles de la presión máxima están bajo 90 mm Hg (o 9 cm de Hg.) Hay personas sanas que, aunque presenten niveles incluso más bajos, asimismo no presentan síntomas. A su vez, hay personas con una presión arterial comúnmente alta que, cuando presentan algún problema de salud, esta presión podrá caer a niveles inferiores a los que están habituados. Por ejemplo: si alguien presenta una presión arterial máxima 110 mm, cuando su habitual es 180 m Hg podrá sentir en esta situación manifestaciones resultantes de la caída de los niveles de presión habituales. En estos casos, un médico deberá evaluar y orientar el tratamiento. ¿Cuándo nos debemos preocupar? En algunas situaciones de enfermedades más graves, pueden ocurrir caídas significativas de presión que provocan manifestaciones e incluso la muerte. La condición de presión baja más grave se denomina shock , que ocurre cuando la presión sanguínea en las arterias no es suficiente para irrigar a los tejidos. Es lo que puede ocurrir en situaciones de: hemorragias externas abundantes, reacciones alérgicas a medicamentos; picadura de insectos; envenenamientos; traumatismos; deshidratación; sangrados internos; mejora de la sensación de bienestar y autoestima; quemaduras externas y extensas; intoxicaciones graves; enfermedades de la glándula suprarrenal; algunas enfermedades del corazón, agudas o crónicas; afecciones agudas del pulmón, sea en los vasos o infecciones severas.

Estas son situaciones clínicas graves y alarmantes, acompañadas de otros síntomas, como: dolores, sudores abundantes, aceleración de los latidos cardíacos, pérdidas de conciencia, parada del funcionamiento de los riñones, etc. En estas enfermedades los síntomas dominantes son las manifestaciones resultantes de ellas, y la presión baja es un hallazgo del examen clínico que ayuda al médico a hacer el diagnóstico Estos pacientes, por lo general, no se dan cuenta que su presión arterial ha caído. Tales situaciones clínicas suelen exigir pronta atención médica, pudiendo su aplazamiento incluso ser fatal. Situaciones crónicas Además de las enfermedades más agudas ya mencionadas, otras enfermedades, dichas crónicas y debilitantes, pueden provocar la disminución de los niveles de presión arterial. Los síntomas causados por estas enfermedades también dominan al cuadro clínico y la disminución de la presión es solamente más una de las manifestaciones del cuadro clínico de la enfermedad principal. La gran mayoría de los casos de disminución de la presión arterial no tiene mayor significado clínico, aunque pueden ser desagradables para las personas afectadas y presentan algunas consecuencias, por lo general, menos graves. Otras Causas de Caída de Presión Una de las causas más frecuentes de disminución de la presión arterial es denominada hipotensión postural, que ocurre cuando las personas, al cambiar súbitamente la posición del cuerpo, sienten vértigo o la visión borrosa, cuya sensación suele desaparecer en algunos segundos. Es lo mismo que suele ocurrir cuando alguien se pone de pie de repente, después de quedarse agachado durante mucho tiempo: siéntese mareado y con la visión borrosa, llegando a oscilar el cuerpo o incluso a caer. Sin embargo, esto no siempre significa enfermedad, y ocurre con personas que no están físicamente condicionadas. Las personas deshidratadas como aquellos pacientes que reciben altas dosis de diuréticos, también pueden presentar caída de presión al cambiarse súbitamente de una posición para otra. Las bajas de la presión arterial son también una manifestación frecuente en las personas que se están recuperando de una enfermedad o que permanecen por muchos días postradas en cama. En estos casos, la frecuencia cardíaca suele elevarse a 15 o más latidos por minuto debido a la disminución de la presión arterial. Personas que reciben ciertos medicamentos para bajar la presión arterial, o portadores de enfermedades neurológicas, endocrinas, como la diabetes, también pueden presentar caída de presión cuando se ponen de pie después de estar recostado o sentado. En estas situaciones, la baja de presión no provoca ninguna o solamente una discreta elevación de la frecuencia de los latidos del corazón. Observación Importante La gran mayoría de las personas que afirma o cree tener presión baja suele hacerlo por sentirse cansada, adinámica, sin ganas para ponerse en actividad, soñolienta, escapar del trabajo, tiene constantemente ganas de acostarse, sin deseo para la práctica del sexo, y despierta más cansada que en la noche anterior; además, refiere sentir mucho frío. Estas manifestaciones son, más probablemente, síntomas de depresión. Puede ocurrir que los pacientes atribuyan estos síntomas a la presión baja por haber malinterpretado las informaciones del médico, que al referirse a las manifestaciones sugestivas 'de depresión', sea interpretado como a referirse a manifestaciones 'de la presión'. Depresión y baja de presión son cosas distintas, no siempre bien detalladas a los que consultan por estos síntomas. Personas que presentan síntomas depresivos, semejante a aquellas que tienen caída de presión transitorias, provocadas por cambios de posición corporal, suelen mejorar de sus síntomas cuando hacen ejercicios físicos con regularidad. Eso ocurre, en primer lugar, debido a la liberación de endorfinas a través de la actividad física y, así, deteniendo las sensaciones depresivas. En segundo lugar, porque condicionan el cuerpo y, por ello, pueden lograr una acomodación más rápida de la presión arterial y de la distribución de la sangre cuando haya cambio de la posición corporal.

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