Sobre Cornelius Castoriadis


Por Yago Franco

Publicado en ARGENPRESS


La entonces llamada Constantinopla es el lugar donde nació Cornelius Castoriadis el 11 de marzo de 1922, ciudad que en breve tiempo se llamaría Estambul. En momentos en los cuales se construía el moderno estado Turco, el padre de Castoriadis decidió la mudanza de la familia a Atenas: esto se produce a continuación de la guerra greco-turca de 1921, cuando los griegos establecidos en Asia Menor desde la Antigüedad y los turcos establecidos en Macedonia desde hacía varios siglos se vieron obligados a abandonar sus respectivos lugares de origen. Ambos pueblos sufrirán las primeras depuraciones étnicas del siglo XX. La dictadura de Metaxas, la Segunda Guerra Mundial, la ocupación Nazi - Castoriadis participó del movimiento de resistencia a la misma - , la liberación griega y el intento comunista de golpe de estado de diciembre de 1944, fueron las circunstancias junto a las cuales creció. En Atenas estudió Leyes, Filosofía y Economía. Había manifestado tempranamente su interés por la filosofía y el marxismo - a los 12 años - y se había unido a la Juventud Comunista Griega a los 15 años, pero rápidamente se opuso a ésta al incorporarse al trostkismo, lo que lo llevó en 1945 a caer bajo las amenazas represivas tanto del gobierno fascista como del comité central del Partido Comunista Griego. Se refugió en París, participó del trostkismo, y rompió con éste por disentir con su caracterización de la URSS, para fundar en1948 el grupo-revista Socialismo o Barbarie, junto con Claude Lefort, del cual participarían Edgard Morin, Jean Francois Lyotard y otros más. Al respecto escribe su amigo Edgar Morin que Castoriadis alentó 'una herejía radical en el seno de la herejía trotskista: la URSS ya no es considerada solamente como un Estado obrero degenerado, sino como el Estado de una nueva opresión de clase, que pierde todo privilegio revolucionario. Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS: cuatro letras, cuatro mentiras, escribió.'(1) Mientras, Julián Mesa sostiene - a partir de un encuentro con Castoriadis en México-: 'Por entonces todavía me costaba trabajo entender que Castoriadis hubiera iniciado la crítica al totalitarismo soviético y a sus propios críticos desde adentro (los trostskistas), sin abandonar la crítica al capitalismo en una época en que los disidentes se pasaban al bando contrario haciendo todo tipo de ignominiosas concesiones, o soñando en el socialismo en estado puro. Para entonces ya había leído su crítica tanto al capitalismo como a la burocracia soviética y a los trotskistas, que hablaban de un Estado socialista degenerado cuando se referían a la Unión Soviética, pero aún no me era del todo familiar su defensa del imaginario y de la sociedad autónoma, tal vez porque me costaba trabajo entender que existiera un revolucionario no marxista' (2).

La revista se publicó entre 1949 y 1965. Entre 1966/67 el grupo se autodisolvió. Dicho grupo es actualmente considerado como una de las fuentes inspiradoras del Mayo del 68, como por ejemplo lo ha testificado el líder de esos días, Daniel Cohn-Bendit, conjuntamente con quien en 1980 Castoriadis participó en una conferencia sobre ecología.

La crítica del régimen soviético y el llamado a la constitución de organizaciones autónomas obreras, el carácter muchas veces premonitorio de sus análisis, más su rechazo a adherir a toda moda intelectual (estructuralista, existencial, o del llamado marxismo de la Escuela de Frankfurt, etc.) hicieron que ganara un respeto considerable en el público y entre sus colegas.

En la década del sesenta dejará atrás al marxismo, e irá incorporando al psicoanálisis a su corpus de pensamiento. Esto ya había tenido una anticipación en su texto 'El contenido del socialismo' de 1955, donde postula la importancia de tomar en consideración para el pensamiento y la acción políticas los aportes definitivos sobre la conformación del sujeto psíquico que introdujo Freud, al plantear la existencia del inconsciente, su funcionamiento, el proceso identificatorio, el complejo de Edipo, la existencia de un narcisismo originario, el mundo pulsional, la dimensión de la fantasía, el lugar y función de los objetos paternos en la transmisión de los dictados socio-culturales, el papel del superyó como instrumento de adaptación y dominación de los sujetos conjuntamente con la asimilación de leyes y prohibiciones, etc.

Su texto canónico, La institución imaginaria de la sociedad, es, por un lado, una teoría de lo social, al proponer un nuevo campo como el de lo histórico-social y un concepto como el de significaciones imaginarias sociales. Por otra lado, es una teoría de la subjetividad - a partir de su descubrimiento de la imaginación radical - en sus dimensiones instituyentes-creadoras. Esto se produce a partir de una reflexión que tiene profundas consecuencias filosóficas. En relación a esto último, es en este texto donde rompe con el pensamiento tradicional- regido por la lógica formal, que denomina conjuntista identitaria - para establecer un nuevo tipo de lógica: la de los magmas, que contiene a la indeterminación y a la creación como núcleo.

Se convertirá en psicoanalista a partir de los años 70, deviniendo en practicante del mismo en 1974, luego de analizarse y formarse como tal, y realizará de ese modo una conjunción impensada hasta ese momento entre un pensamiento social-histórico-político y filosófico, y el psicoanálisis.

Hasta mediados de la década del 70, se verá obligado a escribir bajo seudónimos (como Pierre Chalieu y Paul Cardan, por ejemplo), ya que no había conseguido la ciudadanía francesa y corría el riesgo de ser deportado. Su escrito ya mencionado, La institución imaginaria de la sociedad - de mediados de los 70 - será publicado con su propio nombre. Se retiró en 1970 de su puesto como Director de Estadísticas, Cuentas Nacionales, y Estudios de Crecimiento de la OECD - lo que le permitió adquirir un mayor conocimiento del funcionamiento del capitalismo.

En 1979 fue electo Director Estudios en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Para esa época había contraído matrimonio con Piera Aulagnier, con quien coincidió en la crítica al movimiento psicoanalítico lacaniano, del cual ella había sido temprana partícipe. Es de observar una profunda y notable mutua influencia en los desarrollos psicoanalíticos de ambos.

Participó del llamado a la ruptura - que finalmente se produjo - de la institución de Lacan, creándose el Cuarto Grupo, del cual fue integrante.

Como psicoanalista planteó a la psique como emergencia de representaciones, obedeciendo a su principal característica: la imaginación radical. Postuló la estratificación de la psique como modo de su constitución, dándole en ésta un lugar primordial a la mónada psíquica, su primer estrato, cuestión que articulará con su pensamiento filosófico y social. La constitución del sujeto irá de la mano de la socialización de la psique, sosteniendo la indisociabilidad de la psique y la sociedad. La sublimación, a su vez, encuentra una redefinición y una reubicación en el mapa conceptual psicoanalítico, y las reglas mismas del psicoanálisis será reconsideradas al entender a la práctica psicoanalítica como praxis.

Produjo así conceptos fundamentales para el psicoanálisis y su práctica, que implican una verdadera redefinición. Su inserción en el psicoanálisis lo mostrará crítico hacia toda ortodoxia teórica e institucional, pero nunca intentó conformar una nueva ortodoxia.

Enemigo de toda burocratización y conformación de instituciones que produzcan heteronomía (alienación) en vez de autonomía, fue un implacable crítico del stalinismo, de todo dogmatismo, de toda impostura totalitaria. Lo fue también con el lacanismo (lo que no implica un rechazo masivo de los desarrollos de Lacan), con el estructuralismo en general, luego con el posmodernismo, y criticó ferozmente - y de modo demoledor y sarcástico- toda idea de 'muerte del sujeto', 'fin de la historia', etc..

Sus planteos originarios relativos a la autogestión se fueron profundizando con sus desarrollos relativos a la autonomía, lo que lo llevó - sostiene Morin - a una importante mutación filosófica. La autonomía - tanto a nivel individual como colectivo - es darse las propias leyes, implicando creación, autocreación, que va más allá de la combinación de elementos preexistentes, implicando el surgimiento de una novedad radical, denominada creación ex-nihilo, obra del imaginario radical - imaginación radical en el nivel de la psique, imaginario social instituyente a nivel del colectivo - . Imaginación se hace sinónimo de creación, e implica siempre un grado de indeterminación.

Su lúcida crítica del marxismo - en el cual tempranamente verá una nueva forma de lo totalitario, peor que la proveniente del capitalismo - lo llevará a recuperar a la tradición filosófica griega en sus disquisiciones sobre la sociedad, pero proponiendo que ésta había sido superada por la Revolución Francesa, y que es necesario ir más lejos aún.

El llamado permanente a la democracia y a la autonomía de la sociedad y de los sujetos (una imposible sin la otra), el papel primordial dado a la educación (entendida como Paideia), y el postular al psicoanálisis como una praxis que participa del proyecto de la autonomía (opuesto al del capitalismo) ocupó sensiblemente sus escritos y disertaciones durante la última etapa de su obra.

Falleció en París el 27 de diciembre de 1997. 'Tenía de la presencia de sus ancestros en el mundo otomano un porte de campesino balcánico, pero era un ateniense del siglo de Pericles por el buen humor de su inteligencia; era, al mismo tiempo, un caluroso mediterráneo, un auténtico europeo de cultura que llevaba en sí el Oriente y el Occidente' (3).

Notas

1) Morin, Edgar: Castoriadis: un titán del espíritu. Revista Vuelta
2) Mesa, Julián: Cornelius Castoriadis, un revolucionario heterodoxo. Revista Vuelta
3) Morin, Edgar: ob. cit. http://gonzalocosenza.ning.com

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